La conocida frase "Dios perdona siempre, el hombre a veces, la Naturaleza nunca" viene como anillo al dedo para hablar de Lo imposible, la última película de J.A. Bayona (El orfanato).
El 26 de diciembre de 2004 un tsunami arrasó la costa del Pacífico Oeste… y se llevó con él la vida de alrededor de 230.000 personas. Lo imposible está inspirada en la historia real de una española, María Belón y su familia…, que sufrieron en carne propia ese desastre de la naturaleza.
"Tú y yo no nos vamos a morir". Esa es la frase clave con que la madre anima a su hijo mayor en Lo imposible, un emocionante largometraje que, en contra de las apariencias, no es una película de catástrofes sino un drama humano que narra la odisea de una familia que nunca perdió la esperanza de volver a reunirse a pesar de haber sido separados por ese terrible fenómeno natural.
Juan Antonio Bayona consigue sobrecoger con la excelente filmación del tsunami que recrea en tomas submarinas con una perfección inaudita sobre la brutalidad y la inusitada fuerza que llevaba ese muro de agua negra que arrastraba todo. Pero, además, Bayona ha elaborado un drama humano lleno de momentos delicados. Porque, como una maquinaria perfecta, en Lo imposible el espectador también se ve arrastrado por una ola de sentimientos al experimentar como suyos el sufrimiento y el dolor de una madre coraje capaz de crecerse ante las dificultades por su hijo…
Naomi Watts realiza una actuación memorable metiéndose en la piel de María Belón, un trabajo que le supuso una gran responsabilidad. A su lado destaca el sensible trabajo del niño Tom Holland, que debuta en la gran pantalla en esta película, o la del conocido Ewan McGregor.
Tan sólo pondríamos una pega a esta emotiva película: se hace extraño que en todo el desarrollo de la tragedia ningún personaje haga alusión a sus creencias… justamente cuando, habitualmente, en momentos críticos la oración puede servir de consuelo o esperanza.
Para: Los que les gusten los dramas humanos emotivos