De las cinco empresas del Ibex 35, sólo Telefónica no paga pensión -aunque sí blindaje- a sus directivos.
Hablábamos ayer de los blindajes de los grandes empresarios, media anti-opa, o más bien, anti-despido, de primera división. Decíamos que el más modesto de todos era Emilio Botín, que es curiosamente, el más propietario de los cinco grandes presidentes: Galán, FG, Brufau y Alierta, es el que tiene un blindaje menor.
Ahora bien, Botín vive de sus dividendos y de su oficio, que es controlar el Santander, pero paga con liberalidad a sus ejecutivos y consejeros. También en forma de pensiones de jubilación. Recordemos que, de las cinco grandes compañías del IBEX (Telefónica, Santander, BBVA, Iberdrola y Repsol) sólo la primera carece de dotación para pensión de sus directivos. Blindaje sí, pero pensión no.
Sin embargo, Botín sí cuida los compromisos de pensiones con sus leales. Él mismo cobrará 22 millones de euros cuando se marche del Santander -a fecha 1 de enero de 2008, cantidad que podría haberse elevado-. Recordemos que don Emilio no admite que se hable de jubilación en su presencia -una palabra maldita-, por lo que se supone que se morirá en el cargo. Mientras, su consejero delegado Alfredo Sáenz -quien comparte con el presidente del BBVA, Francisco González y con el de Iberdrola, Ignacio Galán, el podio de los mejor pagados- tiene una pensión de 68 millones de euros, frente a los 45 de Francisco Luzón, los 44 de Matías Rodríguez Inciarte y los 18 de Ana Patricia Botín.
Dicho de otra forma, sólo en el pago de pensiones de los consejeros ejecutivos, si alguien OPA al Santander debería abonar 200 millones de euros. Un buen mecanismo defensivo, sin duda.