Aumentar la edad de jubilación para un catedrático a los 67 no es tan problemática como hacerlo para un albañil. Es más peligroso aumentar los años de cómputo que elevar dos años la edad de jubilación.
El presidente del Gobierno se equivoca al tildar de responsabilidad el hecho de vetar la discusión sobre las pensiones en los debates sobre los presupuestos. Su acto no es responsable, sino cobarde -además teniendo en cuenta que la votación ya le tiene ganada con el apoyo de PNV y CC-.
Como líder del Ejecutivo lo que tiene que hacer es explicar los cambios que quiere llevar a cabo, discutir sobre ellos, aunque sepa que luego se hará lo que él y su partido manden, pero al menos aquellos que quieren comprender qué va a pasar con su pensión, lo sepan públicamente. Pero claro, a veces ese pacifismo del que siempre ha hecho gala le lleva a evitar cualquier tipo de discusión, si tiene como premisa que él tiene la razón.
Pero lo más llamativo es que el sistema de pensiones tiene que cambiarse, pero a veces el diagnóstico no es acertado. El problema fundamental es la pirámide de población. Tal y como está actualmente, el sistema de pensiones es insoportable. Mientras su cuerpo sea de peonza en lugar de campana, está abocado a la ruina. ¿Cómo favorecerlo? Con ayudas a la maternidad, pues España necesita hijos, pero a una sociedad a la que has animado a que haga desparecer esa idea, ¿qué ayudas pueden servir si los hijos son una carga? Es muy complicado.
Y por eso se piensa en ampliar la edad de jubilación a los 67 (qué curioso por cierto que los socialistas, que en Francia protestan por la ampliación a los 62 años, en España defienden que se suba a los 67). Pero mientras que un catedrático, por ejemplo, con 67 años puede realizar una labor docente todavía mayor que a los 65 porque tiene más conocimientos, ¿puede pasar lo mismo con un señor que trabaje en la construcción? Quizás no y por ello se podría introducir una diferenciación por trabajos en el sistema de pensiones. Es una propuesta más.
Sin embargo, pese a la cuestión del aumento de la edad de jubilación, lo que de verdad es peligroso es la ampliación de años de cotización. En algún momento se ha hablado de ello. Se oyen voces que piden que se suba a 20 años, otros que a 30 ó incluso toda la vida laboral. Pero por lo general, esa medida sería negativa para los cotizantes. El salario, habitualmente, aumenta a medida que pasas más años trabajando. No cobras lo mismo en tu entrada al mercado laboral que cuando ya llevas 15 ó 20 años, por lo que computarlos todos puede provocar una reducción de la pensión.
Por ello, el sistema de pensiones hay que revisarlo, hay que debatir sobre él y tratar de mejorarlo. Pero escondiendo la cabeza como los avestruces, de poco sirve.
Andrés Velázquez
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