La Caixa no es un gran grupo industrial: es el mayor grupo industrial existente en España. Tras el abandono del compromiso industrial de los banqueros, La Caixa ha tomado el relevo. La cultura del tiempos para comprar y tiempos para vender de Botín se compensa con el engorde de un entramado industrial potentísimo. BBVA y Banesto, por su parte, también abandonaron hace tiempo su vocación productiva.
La resultante es que -como hemos señalado- La Caixa mantiene posiciones de dominio en sectores considerados estratégicos. A saber: petróleo (Repsol YPF), gas (Gas Natural), telecomunicaciones (Telefónica), autopistas (Abertis) y si triunfa la OPA, electricidad (Endesa).
Con estos compromisos, los primeros en desestimar tentaciones secesionistas serían los responsables de La Caixa. En un eventual escenario secesionista, sus inversiones industriales correrían peligro. El capitalismo sólo funciona en momentos de paz, señala a Hispanidad un analista ¿Qué pasaría si las autorizaciones de explotación de las autopistas fueran revocadas? ¿Qué ocurriría si al gobierno se le ocurriera ejercer la acción de oro que todavía mantiene en Endesa, Telefónica y Repsol? ¿Qué pasaría si hubiese un eventual decreto de renacionalización?
No, las aventuras son para los Carod. Pero una Caixa fuerte es en el fondo una garantía de la españolidad de Cataluña, con sus tiranteces, pero en sintonía con el resto de España donde por cierto, La Caixa no sólo tiene intereses industriales sino un amplio entramado de sucursales con una intensa actividad crediticia.