El verdadero inventor de la new age, siempre tan glutinosa, han sido los concursos de Miss Mundo, que, como usted sabe, sólo tienen un objetivo: la paz en el mundo.

Obama es como un Zapatero retórico, ilustrado, de similar profundidad aunque mayor envergadura. Por eso, se subió al atril de Naciones Unidas, sede permanente del Nuevo Orden Mundial (NOM), y nos habló de una nueva era de cooperación. De inmediato, Televisión Española abrió el telediario con tan exquisita información, sin olvidar el apoyo de ZP, al que sus proveedores de consignas se olvidaron de enviar nuevas insistencias y volvió a repetir la kenediana tontuna: Hay que ver lo que podemos hacer por Obama, no lo que Obama puede hacer por nosotros. Esto es lo que podíamos llamar culto progre al líder.

De cualquier forma, de la presencia de ZP en Washington y de este Obamatero no pueden surgir sino buenas para el mundo. A saber:

En primer lugar, por encargo del señor presidente de los Estados Unidos, de la primera parte del tándem Obamatero, ZP viajará a Oriente Medio a mediados de octubre. Ni que decir tiene que no hará falta ningún otro periplo diplomático ulterior. Israelíes  palestinos, exultantes de gozo y agradecidos, firmarán la paz de inmediato.

Lo mismo ocurrirá en Honduras, donde ZP conseguirá la restauración democrática, con un Mel Zelaya que instalará una república popular, sobre todo muy popular, y se verá obligado a fusilar al feroz golpista Micheletti.

Al mismo tiempo, el Obamatero, ambos líderes al alimón, han descubierto, tras muchas investigaciones, que la culpa de la crisis económica ya no es de los especuladores de Wall Street (total, ya les hemos pagado lo que perdieron) sino del cambio climático. ¡Ahí le duele! Vamos que la explosión de parados se arregla con una rociada de molinillos y huertos solares por el planeta tierra.

De energía nuclear, nada. Es cierto que la nuclear es la energía de los pobres, porque es la más barata, la única que puede reducir los precios de todo el sector industrial y la única que, a través de la tecnología de batería y caminando hacia la fusión nuclear puede aportar la energía masiva necesaria para, por ejemplo, desalar agua de mar a precios aceptables. Pero lo nuclear no le resultó eufónico ni a Obama ni a Zapatero, por lo que el Obamatero ha decidido darse a la solar con dinero público, claro está.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, capaz de oír la caída de un euro en Plaza de Castilla desde la Puerta del Sol, se ha puesto el primero de la cola en varios Estados gringos, incluido Maine, para sembrarles valles y bahías de estupendos molinillos, que son muy vistosos, a cambio de una cómoda subvención. Todo sea por el planeta verde y la madre tierra.

¿Qué más podemos hacer por ti, dilecto Obama, líder del Obamatero?

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com