Sr. Director:

Parece que hemos vuelto al primer tercio del siglo XX con tantos ataques a la Iglesia Católica. Parece que a estos señores del talante (sin talento) les moleste que opinen diferente, como si el derecho a expresar convicciones, creencias o sentimientos esté reservado a unos pocos. Yo opino, tÚ opinas, él opina... y los curas a callar.

Creo que hablar mal de la Iglesia porque opine esto o lo otro es de ser un intolerante. Unos opinan que blanco, y otros opinan que negro. También estarán los que opinen que gris, que rojo o que azul. Pero, señores laicistas, lo que no pueden hacer ustedes es decir que los que prefieren uno u otro color tienen que estarse calladitos porque a ustedes no les guste ese color. Eso se llama intolerancia, y es lo mismo que la Iglesia hacía en "otros tiempos" y por lo que tantas veces ha pedido perdón.

En fin, es lo que está de moda: si no te metes con los obispos eres un retrógrado, un facha o un fundamentalista. Hoy lo que se lleva es decir que le quiten las ayudas económicas a la iglesia y criticar los privilegios de esos tíos de la sotana.

Pienso que los ciudadanos estamos siento sometidos a constantes manipulaciones y quisiera dar una explicación detallada de las relaciones económicas entre Iglesia y Estado.

El pasado 22 de julio, el Ministro Caldera afirmó que la financiación de la Iglesia Católica "se tendrá que acabar algún día". Esa fue la frase, así empezó el rumor de que el gobierno iba a eliminar las ayudas a la Iglesia. Pero, lo cierto es que no le interesa: si llevaran esa medida a cabo les iba a salir el tiro por la culata.

El 24 de noviembre el diario La Razón publicó una tabla de gastos e ingresos en la relación Iglesia-Estado, el resultado es demoledor: 31 mil millones de euros le costaría a la Administración Pública realizar toda la labor que ahora lleva a cabo la iglesia en el hipotético caso de que ésta desapareciese o dejara de hacerse cargo de sus colegios, hospitales, dispensarios, etc.

Y es que la Iglesia mantiene 5.141 centros de enseñanza entre guarderías, centros de Educación Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato. Nada más y nada menos que imparte clases a 990.774 alumnos en toda España. ¡Ahí es nada!

En sanidad, otro tanto : 107 hospitales, 128 ambulatorios y dispensarios, 876 centros para ancianos, enfermos crónicos, terminales y minusválidos. Esos curas y esas monjitas tan insultados en estos días de nacional-laicismo (mal llamado talante) atienden a 387.356 ancianos y enfermos al año y cambian a diario las sábanas de 51.312 camas hospitalarias.

A todos esos gastos que sufraga la Iglesia, se añade que también financia el 80% del Patrimonio Histórico y Artístico de España. Que no es moco de pavo.

Así las cosas, no parece demasiado sensato decir que el Estado mantiene a la Iglesia Católica. Pero... no se vayan todavía, aún hay más:

El gobierno actual (ZPSOE ERC IU) de izquierdas, muy solidarios ellos con las clases oprimidas de la tierra y del universo, ha regalado como ayuda a las víctimas del maremoto en el sudeste asiático nada más y nada menos que 51 millones de euros.

Esa fue la portada de periódicos y telediarios, pero ¿es verdad? Pues no, es MENTIRA: sólo 9 millones de euros son ayuda neta para las víctimas del tsunami. ¿Y los restantes 42 millones de euros? Pues, son Créditos FAD que aumentarán la deuda externa de los países receptores de esa supuesta ayuda. O sea, que ZP les hace un préstamo que luego les cobrará con no pocos intereses y lo disfraza de solidaridad.

Y frente a este dato, ¿a quién tenemos? Pues, a esos curas a los que según algunos "les ha sentado mal que les hayan tocado la cartera".

A mediados de enero, las organizaciones no gubernamentales que pertenecen a la Iglesia Católica en España ya habían duplicado la cantidad entregada por el Gobierno a las víctimas del maremot Cáritas 7 millones de euros, Intermón Oxfam 4 millones de euros, EntreCulturas 410 mil euros, Ayuda a la Iglesia Necesitada 240 mil euros, los Salesianos 60 mil euros...

A estas 5 asociaciones habría que añadir lo recaudado por el resto de ONGs de la Iglesia, por parroquias, comunidades cristianas, congregaciones de religiosas, etc.

La Iglesia está formada por mujeres y hombres, con sus defectos y sus bondades, y por ello se la podrá criticar por no pocos errores del pasado, del presente y del futuro.

La Iglesia tiene una moral determinada, se podrá estar a favor o en contra. Pero lo de hacerla callar me recuerda demasiado a lo desgraciadamente acontecido en España entre los años 34 y 39 del siglo pasado.

Todos tenemos derecho de opinión. Pero también tenemos unas obligaciones, como respetar la opinión de los demás. No veo correcto hablar en tono despectivo de nadie porque piense diferente a mí. Y es por ello que siento vergüenza ajena cuando leo y oigo algunas difamaciones e insultos dirigidos contra la Iglesia sin ningún tipo de argumentación. Se está perdiendo el respeto por todo.

Raúl Sempere Durá

raulsempere@torrelche.com