El secretario de Estado de Economía, David Vegara, apostaba recientemente por lo contrario
Al parecer, el grupo socialista de Intermoney pretende sacar tajada del proceso de salvamento bancario
La Administración económica española se ha convertido en un caos. La gran empresa también. El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, asegura que las ayudas estatales a los bancos deben hacerse con discreción. Es decir, que no se sepa cuál es el banco favorecido. Su homólogo en el BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, estima lo contrario.
Más grave resulta que el secretario de Estado de Economía, David Vegara, apueste por la opacidad y que le contradiga -en la mañana del jueves, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apelando a la transparencia en el uso de los fondos públicos. En el colmo del despropósito, el ex ministro de Economía socialista, Miguel Boyer, aboga porque el Estado compre todos los tipos de activos bancarios, también los tóxicos, con dinero de todos. Nada impactante: lo hará.
En cualquier caso, no conviene olvidar que el mencionado Vegara procede de Intermoney, el grupo financiero socialista donde estuvieron Miguel Sebastián, Carlos Arenillas -que ha vuelto- y el ex director general de Inspección del Banco de España, José Pérez. Con gran enfado de su principal competencia, los también socialistas de AFI, con Emilio Ontiveros al frente: Intermoney ya se ha llevado el primer negocio del plan de salvamento bancario (pero, ¿hay bancos que salvar?): asesora en la fusión de las cajas de ahorros de Castilla-León.
Y es que si tienes buenos amigos en el Gobierno, puedes hacer buenos negocios... con dinero privado en programas públicos.