Las plantas captan el CO2 a través de la fotosíntesis y tienen un potencial mitigador del cambio climático. Sin embargo, en los estudios de los ecólogos para averiguar el nivel de CO2 en los modelos, la regulación circadiana no se ha tenido en cuenta.
Los científicos proponen la incorporación de esta regulación a los modelos climáticos que se basan en el estudio de la vegetación, para obtener mejores y más precisos resultados. Un modelo normal de cambio climático predeciría que entre las 6 y las 10h en un bosque tropical, la fotosíntesis es homogénea si las condiciones meteorológicas (luz, humedad, temperatura, etc.) son constantes. Sin embargo, como las plantas tienen un reloj circadiano es posible observar que la fotosíntesis aumenta en esas horas.
Según los científicos, el reloj circadiano puede ser clave para que las plantas puedan sobrevivir al aumento de las temperaturas. Las que no tienen el reloj circadiano optimizado para el ambiente tendrán más dificultades para ajustarse a los cambios climáticos y sobrevivir al estrés.
Por ello se propone ahora que se hagan más investigaciones desde una óptica ecológica, pues ha sido un tema infravalorado, al tiempo que se deje de culpar a las técnicas agropecuarias como causante del mal llamado cambio.
Suso do Madrid