No se prevén cambios accionariales, ni por parte de Caixa ni por parte de Repsol. Tampoco está previsto que Gabarró abandone la Presidencia. El presidente de GAS ni apoya ni impugna la enmienda de Florentino. Los ciclos combinados paran un 40% del tiempo disponible y quedan 2.000 MW por vender.
El balance de la operación es positivo, como demuestran los resultados que ahora ofrece la nueva Gas Natural Fenosa, tras la absorción de la eléctrica por la gasera. Ahora estamos frente a una compañía energética integrada, de gas y electricidad y de un tamaño adecuado para competir en Europa, con una base accionarial firme.
Eso sí, a pesar de la desinversiones realizadas. Aún resta una deuda de 18.000 millones de euros y un apalancamiento del 60%, muy alto para lo usual en Europa. El problema no es de capacidad de generación de recursos, que la tiene sobrada, sino de endeudamiento producto de la compra. Y aún quedan por vender 2.000 MW de ciclo combinado, subsector muy castigado por la política de Zapatero y que no será fácil colocar. Es una exigencia de la Comisión Nacional de la Competencia, por lo que hay que aceptarla y cumplirla. Encima, aunque el 30% del gas que llega a España está destinado a ser quemado y producir electricidad, lo cierto es que es que la política energética del Gobierno privilegia las renovables y el carbón en contra del gas. Y lo de la base accionarial firme no es una tontería. Gas Natural es inabordable, al menos mientras Caixa y Repsol sigan poseyendo el 68% de la firma. Y no, el presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró, asegura que no prevé cambios a corto plazo en el accionariado de Gas Natural ni por parte de Caixa (36%) ni por parte de Repsol (31%).
Eulogio López
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