Dicho de otra forma, desde Hispanidad insistimos en que, después de las elecciones europeas del 25 de mayo y antes de la Diada del 11 de septiembre, habrá un acuerdo económico entre Madrid y Barcelona, entre Rajoy y Mas, si lo prefieren, con Rubalcaba de comparsa. Por eso ahora unos y otros se muestran más duros que nunca. Ya saben, en vísperas del acuerdo hay que romper las negociaciones.
Ahora bien, ese acuerdo económico no va a significar, créanlo, que desaparezca el fantasma separatista y la fractura social, no sólo en el interior de Cataluña, sino entre Cataluña y España. Porque, en efecto, ya no es una cuestión de dinero: ha nacido la aversión irracional, el odio. Hablo de guerracivilismo. Y eso no se soluciona con acuerdos políticos. El aprendiz de brujo va a necesitar que el brujo grande vuelva para neutralizar el conjunto.
Un detalle: Dani Alves (en la imagen), un gran futbolista y un pésimo deportista (un bicho de mucho cuidado, para entendernos, y no por el color de su piel sino por su mala uva), ha lanzado su ataque contra la España "racista y atrasada". Este personaje no se habría atrevido a arremeter contra España, país que le abriera las puertas y le lanzara al estrellato, si no supiera que su pedrada removerá aguas ya muy revueltas. Desde luego, no será la Junta directiva del Barça quien le reproche nada. Forma parte de las aguas revueltas creadas por Artur Mas.
Eulogio López
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