Ha pasado inadvertido, pero tiene una enorme relevancia. Estados Unidos pronostica tipos bajos por un largo período. O sea, la política monetaria agresiva no es un parche para sortear la crisis, sino que espera prolongarse en el tiempo. Eso puede generar dos problemas. El primero que se repita la crisis. Al fin y al cabo, el colapso se produjo por una abundancia de liquidez y unos tipos que no discriminaban entre proyectos viables y no viables.
Segundo. Si los tipos son bajos, es posible que se dispare la inflación. Bernanke dice en el Congreso de los Estados Unidos que la vigilará pero no está entre sus cometidos estatutarios. Y hay muchas voces que apuntan a que Estados Unidos le interesa una inflación alta que divida dos el coste de su deuda en el plazo de 10 años. Además, tipos bajos e inflación alta es desincentivo para el ahorro y un señor incentivo para el consumo y la inversión. Lo que se necesita para crecer, aunque vuelva a ser de manera desordenada. ¡Atentos a las luces rojas!