La tasa de paro juvenil alcanzó el 52,9% en septiembre, la segunda más alta de Europa, solo por detrás de Grecia

Según datos facilitados por el IEE, elaborados a partir de encuestas realizadas por Eurostat, en la Unión Europea, menos de la mitad de las personas con edades comprendidas entre 55 y 64 años continúan trabajando. Tan sólo un 47,4% tiene una ocupación remunerada.

Pese a ello, la Troika, siempre que tiene ocasión, recomienda a nuestros responsables políticos el retraso en la edad de jubilación. Y eso que España está por debajo de la media en la tasa de empleo comprendida en esta franja de edad, con un 44,5%, muy lejos del 70% de ocupación de los suecos entrados en años, y también a mucha distancia de Alemania (59,9%) y Dinamarca (59,5%).

Estonia
y Finlandia también presentan mejores datos que nosotros, con un 57%, por delante del Reino Unido y los Países Bajos que  superan el 56%. Hasta en la rescatada Irlanda la mitad de los mayores de cincuenta y cinco años tienen trabajo. Si tenemos en cuenta que el paro juvenil, que afecta a los españoles con edades comprendidas entre 15 y 24 años supera, según datos de septiembre, el 52,9%, la tasa más alta de Europa por detrás solo de Grecia, el panorama no puede ser más desolador.

¿Quién va a pagar las pensiones? ¿Y qué trabajadores experimentados van a poder contribuir con sus cuotas al mantenimiento, por ejemplo,  de  la asistencia sanitaria mínima de aquellos que no han llegado a trabajar nunca? No parece, dadas las circunstancias, que congelar las pensiones o despedir funcionaros, como propone el propio IEE, sea una buena ida, ya que rebajaría la capacidad de consumo de los pocos españoles que aún pueden permitirse niveles normales de gasto. La salida del callejón es muy complicada.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com