El retraso en el nombramiento del equipo económico del Gobierno popular también provoca incertidumbre. Para Montoro, la clave de los recortes está en la reducción del tamaño de las CCAA y Ayuntamientos y en suprimir duplicidades.
Los mercados financieros funcionan por consenso, dignísima palabra que, traducida a la realidad, significa algo muy parecido a un rebaño de borregos. La cosa funciona así: un banco de inversión, un fondo, una agencia de riesgo propone algo y todos los demás asienten, saltan las murallas chinas que separan a analistas de intermediarios, a teóricos de prácticos, y la profecía se dispara por la red de redes, es recogida en las pantallas de todas las agencias y asumidas por la globalidad de lo que damos en llamar mercados financieros, sin que nadie sepa exactamente de qué estamos hablando.
Naturalmente, los organismos multilaterales, como el FMI y las unidades supranacionales, como Bruselas, asienten a tan sesudas hojas de ruta y multiplican su sobre efecto, el teórico y el práctico. El resultado suele ser el desastre griego o las primas de riesgo española e italiana. Profecías autocumplidas hasta llevar a la quiebra a un Estado (Papandreu dixit).
La mañana del martes la agencia Fitch que como las otras dos (Moody's y S&P) bendijeron la burbuja especulativa que dio lugar a la crisis daba un paso más: las cosas está mal en España, concluía, porque así lo hemos consensuado, y, por ende, lo que tiene que hacer Mariano Rajoy que tan sólo es el vencedor de unas elecciones democráticas -aspecto, como se sabe, escasamente relevante-, consiste en "sorprender al mercado con reformas y recortes fiscales", es decir fastidiando a todos los contribuyentes en nombre de los que tienen dinero para invertir y de los intermediarios que gestionan su dinero.
Don Mercado Financiero ha hablado y sus tesis son canónicas, inapelables.
Dos días después de ganar las elecciones Don Mercado Financiero le mete prisa a Rajoy y, Angela Merkel, naturalmente, apoya la moción. Naturalmente, don Mercado Financiero no aconseja: amenaza. Por eso, por pura casualidad, ha vuelto a extorsionar la Tesoro español con una elevación brutal del interés que tiene que pagar por el dinero que le presta, también en la mañana del martes doloroso.
Y también le exige don Mercado a don Mariano que nombre a su equipo económico ya. La verdad es que don Mariano está llevando la discreción demasiado lejos hasta para un gallego, pero los chantajistas no toleran la insumisión.
Pero el consenso financiero es plural. Por ejemplo, algunos opinan que el recorte de gasto del Gobierno debería ser de 30.000 millones de euros en 2012 y otro tanto en 2013. Otros, más ortodoxos, es decir, más brutos, consideran que debe ser de 40.000 millones de euros en el próximo ejercicio y de 70.000 en 2013. Y si no, pues seguirán extorsionando al Tesoro español exigiendo rentabilidades cada vez más altas.
En el Partido Popular buscan un acuerdo con PSOE y CIU para aplicar las 'píldoras amargas' por consenso. Pero don Mercado Financiero no quiere esperar. Exige, al igual que la CEOE que actúe ya y por decreto.
Cristóbal Montoro, encargado del traspaso de poderes económicos y nadie sabe si futuro ministro de Economía, considera que puede ahorrarse un pico sin tocar las pensiones, sanidad y educación. O tocándolos, pero no reduciendo el grado de atención, Por ejemplo, unificando la compra del Estado. Ahora mismo, con las competencias de sanidad transferidas, disponemos de 17 centros de compra distintos. Calcula que si se unifican las compras de medicinas y material sanitario podrían ahorrarse 5.000 millones de euros. A los nacionalistas no les va a gustar pero, por eso, se trata de que los nacionalistas se unan al consenso.
Las mayores duplicidades no se dan entre el Gobierno central y las regiones, sino entre éstas y los municipios.
Lo mismo puede decirse de la unidad de mercado. Que un producto fabricado en Murcia tenga que pasar controles sanitarios y de calidad para ser vendido en Galicia parece un poco ridículo y, sobre todo, muy caro. En definitiva, la gran reforma pendiente es la reducción del tamaño del Estado, de la burocracia y de las duplicidades creadas.
Eso sí, a don Mercado no le basta: don Mercado Financiero quiere copago sanitario y farmacéutico y rebaja de las pensiones, el mayor gasto público, sea modificando el sistema de cálculo o sea retrasando la edad de jubilación. Aquí el PP lo tiene difícil porque se negó a aceptar la moderada reforma de pensiones de Zapatero, un error que ahora puede pagar muy caro.
En cualquier caso, Mariano Rajoy trabaja bajo presión. No está dispuesto a que don Mercado le dicte lo que tiene que hacer pero lo cierto es que está negociando con su chantajista. Y mientras él se lo piensa, el coste de la deuda se dispara.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com