Las declaraciones del Secretario de la Conferencia Episcopal sobre la excomunión de los que voten a favor del aborto, ha levantado ampollas entre muchos políticos y algunos medios.
Al fin y al cabo ha reiterado lo que se especifica en el Código de derecho Canónico: que la participación directa en cualquier aborto provocado, comporta la excomunión, siempre que se conozca la existencia de esta pena canónica, dada la gravedad del mismo, puesto que supone la eliminación de un ser indefenso por parte de quienes más deberían protegerlo como son los padres y el personal sanitario. Y monseñor Camino lo ha recordado en el momento adecuado por la proximidad de la aprobación de la nueva ley, para que sepan a que atenerse los políticos que sean católicos.
Lo curioso del caso es que muchos se han escandalizado por considerar que la Iglesia no puede influir en la conciencia de sus fieles con amenazas, pero por el contrario, no se escandalizan y encuentran normal que los partidos sí puedan imponer una moral a sus diputados obligándoles con la disciplina del voto, y castigándoles con multas y excluyéndoles de las listas en las elecciones siguientes si no votan lo que dice el partido.
Isidro Vidal Badía