Al tiempo coloca a los filofascistas con el brazo en alto, justo cuando los cristianos acuden a la misa del domingo con los benedictinos porque el Gobierno ha cerrado la basílica.
En definitiva, la teles y la prensa progre, de izquierdas y de derechas, El País y El Mundo, han unido el 20 de noviembre, sábado, trigésimo quinto aniversario de la muerte de Franco, con las actividades litúrgicas del domingo 21. Los que acuden a misa lo domingos al Valle, como un río que no veas, no van a rendir alabanzas al anterior Jefe del Estado, sino al rey de Reyes. Es más, el abad del Valle dio orden de que se elevara el volumen de la música sacra para acallar a los cuatro vocingleros ultras que decidieron alargar la conmemoración laica del sábado 20 a la festividad religiosa del domingo 21. Pero ese detalle, naturalmente, se ocultó a los televidentes.
Para ahondar en la confusión religioso-política, resulta que ese domingo se celebraba el final del año litúrgico, festividad de Cristo Rey. No debería ser necesario aclararlo, pero la festividad de Cristo Rey es universal, procede de los libros sagrados y nada tiene que ver con los guerrilleros de Cristo Rey, una derivada española, parcial, transitoria y un punto majadera.
Pero jugando con las palabras puede conseguirse la siguiente connotación mental: Sábado 20N-domingo 21N-Cristo Rey-Guerrilleros de Cristo Rey-Memoria histórica refritada-Valle de los Caídos-dinamitación de la ominosa cruz del Valle-Baltasar Garzón en los tribunales-Iglesia fascista-condón liberador-gimnasia y magnesia-chifladura colectiva.
¡Oiga, y la cosa funciona!
Eulogio López
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