La distribución de la Píldora del Día Después sin receta provoca que se pierda el control sobre el medicamento y peligre la salud de la mujerSegún fuentes del sector, en 2010 se vendieron 712.000 comprimidos de la Píldora del Día Después (PDD) en toda España, es decir, que hubo 712.000 potenciales abortos (que se producen cuando la PDD impide que anide el zigoto).
La PDD es potencialmente abortiva, como explica -con detalle científico- este artículo de Aciprensa, o esta nota de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española sobre la Píldora del Día Siguiente.
La culpa de que se distribuya la PDD en España es del Gobierno de José María Aznar (PP), cuya distribución aprobó en 2001 (la ministra de Sanidad entonces, Ana Pastor) con receta médica.
Luego, en 2009, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó que pueda comprarse la PDD sin receta médica (un comprimido cuesta 18,73 euros), acudiendo a cualquier farmacia. Y además se obliga a los farmacéuticos a dispensarla obligatoriamente, violando la constitucional objeción de conciencia.
Los médicos y farmacéuticos pro-vida argumentan que la distribución de la PDD sin receta provoca que al perderse la posibilidad de la farmacovigilancia, se pierde también el control sobre el medicamento y peligra la salud de la mujer. A eso hay que añadir la pérdida de vidas humanas abortadas. Es decir, un desastre sin paliativos.
El pasado 11 de abril, el Senado rechazó -con 77 votos a favor y 166 en contra- la moción presentada por los socialistas para instar al Gobierno a mantener la libre dispensación en farmacia de la denominada PDD, una situación sobre la que la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha pedido tres informes para valorar la seguridad del medicamento y cuya resolución aún está pendiente. Veremos qué decide al Gobierno de Mariano Rajoy.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
La PDD es potencialmente abortiva, como explica -con detalle científico- este artículo de Aciprensa, o esta nota de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española sobre la Píldora del Día Siguiente.
La culpa de que se distribuya la PDD en España es del Gobierno de José María Aznar (PP), cuya distribución aprobó en 2001 (la ministra de Sanidad entonces, Ana Pastor) con receta médica.
Luego, en 2009, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó que pueda comprarse la PDD sin receta médica (un comprimido cuesta 18,73 euros), acudiendo a cualquier farmacia. Y además se obliga a los farmacéuticos a dispensarla obligatoriamente, violando la constitucional objeción de conciencia.
Los médicos y farmacéuticos pro-vida argumentan que la distribución de la PDD sin receta provoca que al perderse la posibilidad de la farmacovigilancia, se pierde también el control sobre el medicamento y peligra la salud de la mujer. A eso hay que añadir la pérdida de vidas humanas abortadas. Es decir, un desastre sin paliativos.
El pasado 11 de abril, el Senado rechazó -con 77 votos a favor y 166 en contra- la moción presentada por los socialistas para instar al Gobierno a mantener la libre dispensación en farmacia de la denominada PDD, una situación sobre la que la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha pedido tres informes para valorar la seguridad del medicamento y cuya resolución aún está pendiente. Veremos qué decide al Gobierno de Mariano Rajoy.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com