Oiga y está muy requetebién el recurso, dado que la Ley Aído, profunda como su autora, no liberaliza más la española porque no es posible pero, eso sí, asegura que el aborto es un derecho de la mujer, lo cual supone un avance en desfachatez que no en espíritu homicida donde España ha conseguido tamaños éxitos que, sencillamente, no es posible el plus ultra.
Y esto es bello e instructivo, porque mismamente, una semana atrás, la secretaria general del Partido Popular, a quien tanto debemos, María Dolores de Cospedal, nos explicaba que el PP nunca ha estado en contra del aborto. Bueno, lo hacía con una frase retorcida como una viruta, propia de alguien que siente algún reconcomio interior al explicarnos el asunto. Lo contó Religión en Libertad, y yo que ustedes me leería varias veces el texto, porque esta muy trabajado.
Vamos, que el PP nunca quiso eliminar la despenalización. Para ser exactos no tengo ni la menor idea de lo que quiere el PP, porque mi mente no es asimilable a las lecturas complejas de doña Dolores, lecturas que me producen un considerable dolor de cabeza.
Los hechos no son nada sin las ideas y las ideas sin los hechos son falsas, así que vamos a tener que analizar la historia reciente: ¿Qué pasó cuando el Partido Popular estaba en el poder?, pregunta retórica favorita de don Pepiño Blanco. Pues sí, pasó lo que están ustedes pensando: se multiplicaron los abortos, comenzó la masacre de embriones humanos, se implantó la píldora abortiva y la abortiva Píldora del Día Después y, en definitiva, se multiplicaron los asesinatos de inocentes. Pero esto debe quedar muy claro: el PP ha recurrido la ley de aborto socialista.
¿Por qué? ¡Está clarísimo!: porque es una ley socialista. En cualquier caso, no me comparen ustedes al PP con el PSOE: no hay color. Es como comparar a Cospedal con Fernández de la Vega: tampoco hay color.
Eulogio López
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