El año pasado el tripartito catalán gastó 3 millones de euros en una campaña publicitaria sobre el nuevo Estatuto y que se saldó con un notable fracaso ya que, según las encuestas, apenas a un 0.4% de catalanes les preocupa realmente la reforma estatutaria. Quizá por ello, el gobierno catalán ha encargado hace unos días una nueva campaña adicional con un coste de otros 200.000 euros. En total, la reforma del Estatuto catalán, antes de ser aprobada -si es que se aprueba- ya ha costado a las arcas públicas más de 532 millones de las antiguas pesetas. Los políticos catalanes están obsesionados con un nuevo Estatuto que no responde a ninguna demanda real de la sociedad, como muestran todos los sondeos, y que además nos está saliendo muy caro a todos los ciudadanos.
María Marco
mipropiocorreo@latinmail.com