Había muchos empresarios congregados en la mañana de este martes en un céntrico hotel de Madrid. El sarao lo había organizado el Foro Nueva Economía para escuchar al presidente de Perú, Alejandro Toledo. Entre ellos ha destacado el de César Alierta al que se ha referido Toledo en varias ocasiones. Me he jugado entero por Telefónica, hay muchos pobres que podrían comprar sus teléfonos señala con emoción el cholo. A don César no le ha gustado demasiado el gesto cariñoso. Más que nada porque ha sido el único nombre que ha salido de la cabeza del todavía presidente peruano. Cada vez que Toledo mencionaba su nombre Alierta comenzaba a juguetear con sus manos en señal de nerviosismo.
El mensaje del Cholo Toledo ha sido claro : Conmigo estén tranquilos porque de momento no voy a estatalizar nada. Toledo reiteró su compromiso con la seguridad jurídica y la estabilidad política para atraer inversiones: No hay nada más cobarde que la moneda que va donde existen reglas de juego claras.
Inversión extranjera es igual a crecimiento económico, creación de empleo y reducción de la pobreza. Por supuesto Toledo no se da por satisfecho aunque presenta un panorama más que alentador. En cinco años ha conseguido triplicar la cifra de exportaciones pasando de los 7.000 a los 15.000 millones de euros.
Además, la inversión privada pasó del 6,2 al 19 por ciento y el sector agroindustrial creció un 39 por ciento. Por su parte, la pobreza pasó del 54 al 48 por ciento y la extrema pobreza del 24 al 18 por ciento. Poco lo sé, pero es que he pagado de precio de sembrar ahora le toca a otro asumir la responsabilidad de cosechar le dejo la mesa puesta.
Toledo ha señalado en varias ocasiones su lamento por su marcha. Constitucionalmente no puede presentarse y aunque ha remontado su popularidad y tiene hoy más popularidad que ningún otro candidato, prefiere respetar el orden establecido y ceder el paso al siguiente. Y ahora ¿qué?, le preguntan. Srs. Empresarios: estoy desempleado, señala con humor. Se dedicará a lo que se dedica un ex presidente: las conferencias, la cátedra y la reflexión, que para eso tiene 59 años y alguna cana en el pelo.