La Vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se mostró en el Consejo de Ministros especialmente satisfecha. El tradicional rostro cariacontecido se transformaba en la cara ilusionada de una madre primeriza. Y es que se trataba de la primera vez en la historia de España que una mujer presidía una reunión del Ejecutivo: "No le oculto que ha sido una gran satisfacción personal y profesional y, sobre todo, un triunfo de la lucha por la igualdad. Cada vez que una mujer da un paso, todas las mujeres lo damos". ¿Verdad que es entrañable?

 

De la Vega se mostró tan entusiasmada que ofreció un vino español a los escasos periodistas que acudieron al Consejo de este viernes 28. "Sólo para mujeres", frivolizaba una ácida plumífera. Sigue sorprendiendo, sin embargo, que el hecho de que una mujer presida un Consejo de Ministros sea un acontecimiento político. Y lo es porque las mujeres han convertido la lucha por las cuotas en su bandera política. Una batalla absurda porque nadie se plantea la cuota de jóvenes y maduros, ni celebra que un menor de 40 años ha presidido un Consejo de Ministros. Se presume que forma parte del Gobierno o de su Presidencia por su capacidad y espíritu de servicio. ¿O no?