Como todos los veranos los terroristas callejeros han vuelto a la carga. Zarautz, Azoitia, Zalla, Andoain, Vitoria, son algunas de las localidades que han sido víctimas de los "seminaristas" de ETA, de los "cachorros de ETA, de los intolerantes, en definitiva de los enemigos de la libertad.
A pesar de los esfuerzos que en los últimos meses ha venido desarrollando el gobierno de la nación para desactivar a la banda terrorista, relajando la política penitenciaria, en relación a los presos etarras, ETA sigue la trayectoria que tiene marcada. Sembrar el terror.
A toda esta actividad de la banda hay que añadir las manifestaciones impulsadas por personas cercanas a la mal llamada "izquierda abertxale", que en realidad son los palmeros del terrorismo. Unas manifestaciones que sirven para reforzar el idealismo totalitario y a la vez solidario con las balas y la pólvora. Unas manifestaciones que sirven para humillar a las víctimas. Unas manifestaciones autorizadas por jueces que no merecen vestir la toga. Jueces que no entienden de racionalidad, ni de dignidad, ni justicia social.
La lucha contra el terrorismo debe continuar hasta que sea derrotado. Una sociedad unida consigue siempre los objetivos que se marque. No pueden existir grietas ni equidistancias. Se necesita valentía y decisión en el diseño de la estrategia que debe conducirnos a la derrota de ETA. Por lo tanto sigue siendo estéril reclamar a esa "izquierda abertxale" la condena del terrorismo ya que son los "teleñecos" de la "matriz, ETA. No se debe perder más tiempo en seguir solicitando algo que se sabe de ante mano no va surtir efecto. Los terroristas solo tienen un camino, el que la democracia les muestra y que no es otro que la condena por los delitos contra la libertad.
Fernando Cuesta Garrido