Sr. Director:

Hay pocos acontecimientos en el mundo de la talla de la Jornada Mundial de la Juventud. La vigilia de los jóvenes con el Papa ofrece quizás sus escenas más impactantes. Pero en las cadenas de televisión españolas, la noticia pasó este fin de semana prácticamente inadvertida.

Sin embargo el presidente alemán, Horst Köhler, se refería a los jóvenes peregrinos como exponentes de una juventud muy distinta a aquélla, desorientada, que nos presentan los estereotipos. Su discurso de bienvenida al Santo Padre podía haberse ceñido a un tono más sobrio e "institucional". Después de todo él ni siquiera es católico. Köhler reconoció la verdadera magnitud del evento : "la transformación, la verdadera transformación, siempre presupone el cambio del corazón". Por ello no dejó pasar la ocasión sin agradecer los beneficios espirituales que reporta esta concentración. "La invasión más pacifica de todos los tiempos". Con su espíritu abierto y su búsqueda de orientación, esos cientos de miles de jóvenes nos transmiten precisamente también a nosotros, los mayores, una señal de esperanza y de confianza. Estos días pasados yo mismo ya lo he experimentado.

Estos hechos rompen los esquemas a más de uno. No estamos ante una simpática utopía, sino ante un camino abierto a la santidad. He aquí una gran noticia: que cientos de miles de jóvenes se planteen siquiera este compromiso, pero algunos no parecen dispuestos a dejar que la realidad les estropee un buen titular o un buen negocio.

Elena Baeza Villena

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