Ahora bien, siempre me ha sorprendido ese entusiasmo por los fondos de pensiones cuando lo cierto es que el sistema de reparto es mucho más eficiente, amén de más generoso, porque opera en tiempo real mientras el de capitalización está al albur de la inflación y de los mercados financieros, siempre tan veleidosos. Tanto, que, por ejemplo, los fondos de pensiones privados españoles están en pérdidas.
Desde una postura neoliberal -es decir, capitalista- se me dirá que el Estado gestiona mal. Cierto. Pero es que en el caso del sistema de pensiones por reparto, lo único que hace el Estado es coger el dinero con una mano y entregarlo con la otra.
José y Sebastián no pensaron lo mismo de Pinochet, pero sí de las pensiones. Sebastián Piñera es un plutócrata convencido, no sólo de que su fortuna no tiene ninguna hipoteca social sino que es el más capacitado para gobernar...
precisamente por ser millonario.
Por lo demás, si quieren conocer a un político reparen en su postura frente a la vida y la familia: el multimillonario Sebastián Piñera es abortista, partidario del homomonio, un convencido de que los problemas se solucionan legalizando, sea el aborto o la prostitución.
No, este chico no es de los nuestros. Frei tampoco.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com