Por fin se aclaran las normas de confrontación. Según la ministra de Defensa, nuestras tropas no tienen autorización para tirar a matar salvo que haya ataque. Si lo que pretende es que ordene a nuestras tropas algo ilegal para que luego sean ellos quienes vayan a los tribunales, no lo voy a hacer, censura la ministra al diputado popular Fernández Mesa que se pregunta cómo es posible que los piratas se nos fueran vivos siendo unas tropas de élite. Ud no va a poder quitar la honra de los militares.
Hay más incógnitas. ¿Por qué Chacón afirma con rotundidad que sabía dónde estaban los tres tripulantes bajados del barco si nunca bajaron? La ministra explica que recibieron información de inteligencia española y extranjera, así como por parte del patrón de que los piratas habían bajado a tres tripulantes. No hubo tal. Fue una maniobra de distracción por parte de los piratas. El Gobierno picó. Y se tiró a una piscina que no tenía agua. Ahora asegura que fue el propio armador quien le pidió que no revelara que los tripulantes nunca habían bajado. Trabajamos con veracidad, pero también con responsabilidad.
Chacón capitaliza el desmentido de esta mañana del CNI, que depende de ella. Va a ser que no, concluye. Un mal gesto, una chulería en opinión de la portavoz de Defensa del PP, Beatriz R. Salmones, quien acusa a la ministra de estar obsesionada con su imagen y de utilizar al Ejército como parapeto. Chacón responde que no es responsable que el líder de la oposición ataque de oídas; lea un poco el diario de sesiones y de vez en cuando algún periódico.
Todavía queda una pregunta en el aire: ¿perseguirá el Gobierno el pago del secuestro como se hizo en el caso de Cosme Delclaux?