El ministro de Trabajo del PSC quiere elevar el cómputo de la pensión a los 20 años. Es el miembro más quemado de todo el Ejecutivo pero el que más medidas de choque está afrontando. El parado tendrá 30 días para aceptar un empleo o perder el subsidio. Toxo le acusa de reducir las cifras de parados

Es el ministro de cuota catalana, el gran amigo de José Montilla en el PSC y es sabido que los socialistas catalanes han perdido peso en Moncloa y perderán más cuando pierdan las elecciones de noviembre, momento en el que Zapatero no podrá retrasar más los cambios previstos en un Ejecutivo quemado.

No obstante, Corbacho, un ministro bastante inactivo, se prepara ahora para vencer antes de morir. Es él quien está afrontando las medidas más complejas, sobre todo la reforma laboral, que se va a quedar en reformita pero algo es algo.

En la mañana del martes le tocaba lanzar otra andanada: ampliar el plazo de cómputo para la pensión de 15 a 20 años. O sea, otra reflexión en voz alta, que este ejecutivo reflexiona mucho antes de publicar en el BOE. Cuanto más se amplíe el lapso de cálculo más se rebaja la pensión, salvo excepciones, y casi todos los expertos hablan ya de ampliarlo a todo el contexto de la vida laboral con lo que la inflación se convierte en el mayor enemigo del pensionista.

Por si fuera poco, las medidas adelantadas y no comprendidas por nadie, según es costumbre en Corbacho- van concretándose. Ahora, en el Senado, el PSOE intenta una enmienda por la que el trabajador no pueda tardar más de 30 días en coger el trabajo que se le ofrece o el curso de formación para obtenerlo. De inmediato, el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, le ha acusado de intentar maquillar las cifras de paro.

Muy cierto. En cuanto alguien se apunta a un curso de formación para encontrar empleo desaparece de la cifra el paro. Lo sorprendente es que esa crítica de Toxo, sin duda cierta, no fuera formulada nunca por los sindicatos hasta la ruptura entre Gobierno y centrales y la convocatoria la huelga general.

En cualquier caso, aunque con pasos cortos, Corbacho está jugando ahora el papel del malo mayor del Ejecutivo Zapatero. Quizás porque vencerá antes de morir.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com