- Uno de los candidatos, laminado Recoder, es Germà Gordó, consejero de Justicia de la Generalitat, más moderado que el actual president.
- Su esposa, Roser Bach, ha entrado en el Consejo General del Poder Judicial a instancias del PSOE, también presente en la 'conspiración'.
- Todo ello dentro del plan trazado por Zarzuela para una reforma controlada de la Constitución, que normalice el 'problema catalán'.
- Con Miguel Roca y Jordi Pujol como abanderados del cambio.
- Eso sí, Jordi Pujol pone condiciones para desbancar a Artur Mas: que termine la persecución judicial contra su familia.
- Y el Rey no quiere retirarse hasta que solucione el problema catalán, como paso previo al verdadero problema. El ambiente guerracivilista reina en España.
El problema con Artur Mas no es su actitud radical por el referéndum y la independencia de Cataluña. El asunto es más grave: aunque en público, el presidente de la Generalitat sigue pidiendo diálogo con Rajoy, lo cierto es que ha renunciado a cualquier entendimiento con el Gobierno de España.
Está decidido a inmolarse por la causa de la independencia y no duda en forzar las situaciones hasta el límite de la rebelión. Así que, sencillamente, cada vez son más los que, en Cataluña y en el resto de España consideran que todo intento de pacto será inútil con Mas en el Gobierno y, atención, en el liderazgo de CDC, es decir, de CiU.
Decíamos ayer, que el Rey prepara una reforma controlada de la Constitución para encajar a Cataluña en el resto del país. A ser posible sin pasar por las urnas, pues esto supondría que se plantearan otros cambios (entre otros, la naturaleza del Estado, dado que el PSOE e IU han apoyado, con más o menos entusiasmo, el sentimiento republicano creciente). No, bastaría con reformar la Constitución mediante un gran pacto parlamentario. Pero eso no es posible con Mas.
En ese intento, no sólo figura Zarzuela, sino el Gobierno del Partido Popular y el PSOE, sobre todo la vieja guardia, así como la otra vieja guardia: la del propio nacionalista catalán.
En definitiva, ahora mismo se trata de minar la posición de Artur Mas en CDC. Para ello, se busca a un hombre de talante más moderado, y, laminado Lluis Recoder, se piensa en el actual consejero de Justicia de la Generalitat, Germà Gordó, menos independentista que Mas aunque no necesariamente menos catalanista.
Gordó es un nacionalista que mantiene buenas relaciones con el PSOE. De hecho, su esposa, la jueza Roser Bach acaba de ser nombrada miembro del Consejo General del Poder Judicial... a propuesta del PSOE.
El Rey se apoya en la vieja guardia tanto del PSOE como de CIU. Así, en Cataluña, los dos muñidores de un acuerdo que tranquilice el asunto catalán y que dé satisfacción a los catalanistas no independentistas son Miguel Roca y Jordi Pujol. Roca, abocado de la Infanta Cristina en el Caso Nóos, ha defendido siempre el concepto de Cataluña como nación pero también es uno de los padres de la Constitución de 1978 y, al igual que Jordi Pujol, está convencido de que Mas ha enloquecido.
Eso sí, Pujol exige que cese la persecución judicial -que él califica de política- contra su persona y contra su familia. No olvidemos que Gordó podría convertirse en el sucesor del hoy encausado Oriol Pujol. Y se sabe que un caso judicial es una pistola de un solo tiro. Pero Pujol pretende un alto al fuego para el futuro.
Porque hay otro punto importante. Nadie, salvo, al parecer, Artur Mas, piensa que el referéndum pueda celebrarse. De hecho, el escenario general, tanto en Barcelona como en Madrid, es el de unas elecciones de tinte plebiscitario. Ahora bien, para esas elecciones hay que buscar un candidato, y entonces Mas no tendrá que examinarse ni ante ERC ni ante su Gobierno, ni ante el Parlament, sino ante la dirección de su partido, que es algo muy distinto.
En cualquier caso, SM el Rey sigue convencido de que no puede dar el paso a su heredero, Felipe de Borbón, sin antes arreglar lo que, de forma un tanto cursi, se denomina 'problema territorial'. Un problema que no va a provocar la independencia de Cataluña de cualquier otro territorio, pero que ha roto a la sociedad catalana y a la española, en un ambiente de guerracivilismo en el que cualquier descontento degenera en violencia.
Eulogio López