Y es que en la filosofía de Solbes, para asegurar la estabilidad a lo largo del ciclo (ciclo cuyo espacio temporal no define) exige superávit en momentos de bonanza para permitir déficit cuando lleguen las vacas flacas. Teniendo en cuenta que nuestra economía crece al 3,4% cuando la europea lo hace al 1,1%, podríamos pensar que estamos en vacas flacas.
En todo caso, lo más preocupante es cuál será el destino de ese superávit de 7.392 millones de euros. El Gobierno ya ha anunciado que emprenderá un nuevo paquete de medidas sociales. O sea, más dinero. El comando del gasto aprieta. Pero es que además es bastante probable que el Gobierno firme con Cataluña subvenciones nominativas (es decir, digitales) ante la imposibilidad de romper el principio de café con leche para todos en la Conferencia de Presidentes y en las conferencias sectoriales. O sea, que lo más probable es que el superávit desaparezca. El equilibrio presupuestario puede esperar.