Hay legítimas dudas en la City de que España sea capaz de cumplir con su plan de austeridad. Así que en la entrevista publicada este lunes por el Financial Times a Zapatero, el presidente español insiste una y otra vez en que se va a cumplir el plan sea como sea. Señala que la subida del IVA y la congelación de la oferta pública de empleo ha sido impopular y reclama paciencia. Wait & see, reitera. El plan acaba de ponerse en marcha. Por cierto que llega a sugerir que el Gobierno tiene competencia sobre el empleo generado en las CCAA. Se debe de creer que el FT no lo lee nadie en España.
También matiza que el Gobierno se ha visto impulsado a gastar mucho dinero en protección de los desempleados, pero sugiere que si es necesario ir más allá, se hará. Las únicas líneas rojas son I D. No habla de cooperación al Desarrollo, no de gasto social. En estas llega el tío Paco con las rebajas. José Blanco sale a la palestra y dice que el gasto social no se va a tocar. Una de dos: o Blanco desautoriza a Zapatero porque aspira a sucederle o Blanco juega a poli malo mientras que Zapatero predica ortodoxia en la City. En todo caso, este tipo de doble mensaje tranquiliza poco a los mercados, que están esperando una voz única y sólida.
Y se repite la historia. Campa acudió a Londres de road show. Se comprometió a lo mismo: si este plan no era suficiente, tenían preparada la tijera. Logra calmar la tormenta. Poco después Zapatero afirma en Londres que recortarán el gasto, pero cuando las circunstancias lo permitan. Este lunes se muestra más expeditivo en el Financial Times. Será contundente con el plan de austeridad. Aunque haya elecciones en dos años y aunque no se recupere la economía como esperaba.