No. No estamos en la II República. Pero cada día lo parece más. Hace unos días, un desalmado prendió fuego a la sacristía de la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Castellón, así como al Cristo de madera, que preside el templo. No era un hecho aislado. En otra iglesia aparecieron pintadas con la cruz invertida (el signo de Satanás). Y en otra, una pintada en la que podía leerse: "Dios ha muerto".
También se ha registrado el derribo de una imagen de piedra de la Virgen y el robo de formas consagradas. Los ataques anticlericales se suceden de manera impune, mientras el Gobierno se dispone a seguir su "hoja de ruta" de laicidad. Como diría Arzalluz, "unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces".
Por otra parte, cinco iglesias cristianas de Bagdad sufrieron atentados con bomba durante el pasado fin de semana, aunque no se produjeron víctimas. Las explosiones fueron casi simultáneas. En concreto, la Iglesia de San José, católica de rito caldeo, ha sufrido ya tres ataques desde la caída de Sadam Husein. En principio, las causas de los atentados contra templos cristianos en España y en Iraq se deben a causas distintas, pero lo cierto es que el Vaticano recuerda que está aumentando en todo el mundo este terrorismo de baja intensidad contra iglesias cristianas.