Obama reconoce que la economía americana no crece a un ritmo que necesita. Así que anuncia nuevas medidas de impulso: infraestructuras, apoyo a las energías limpias. Exactamente la receta equivocada. La experiencia ya nos ha demostrado que los llamados estímulos no terminan sirviendo para nada. Son como las promociones de los periódicos. Acaban vinculando al lector a la promoción, no al periódico. Sin promoción, acaba sin haber periódico. Lo mismo: una vez que se acaba el plan 2000E, caen las matriculaciones a plomo. En cambio, los países que han hecho los deberes como Alemania- demuestran que el camino no pasa por los estímulos, sino por los ajustes y las reformas estructurales.
Pero Obama ha dado un paso más: además de seguir tirando de chequera, el plan de estímulos que baraja contempla también la rebaja de impuestos a la clase media y a las pymes. Es decir, dejar más margen al consumidor y al productor pequeño para que sus decisiones privadas generen más eficiencia: más consumo, más inversión, etc. Es el camino correcto, el que nunca se atreverá a tomar Zapatero, que más bien se encuentra en dirección opuesta, anunciando una subida de impuestos a los ricos. ¿Y quienes son los ricos en España? La clase media americana. En este lado del charco se les suben los impuestos y en el otro lado se les bajan.