La verdad es que la tabaquera Altadis no se ha enfrentado al Gobierno Zapatero, tal y como podría colegirse de las página de la prensa, elevando el precio de sus marcas y colocando el Ducados negro en los 2,50 euros (desde los 2,25, que ya era un precio prohibitivo) y del Fortuna, su marca estrella, que también pasó de los 2,25 a los 2,50 euros. Imagínense el gasto mensual de un fumador de dos paquetes de cigarrillos diarios: 150 euros, un 28% del salario mínimo.
Pero lo peor no está ahí. Donde se demuestra que Altadis se ha plegado la política del Gobierno Zapatero, restrictiva de la libertad y muy puritana, es en la subida del llamado tabaco barato, que había obtenido un éxito sin precedentes. Así, el Ducados rubio, sobre el que se habían abalanzado los fumadores, deja de ser barato y sube 40 céntimos, hasta los 1,75 euros.
¿Cómo es posible que una compañía atente contra un éxito tan fulgurante como el Ducados Rubio? Si algo preocupaba a la puritana Ministra de Sanidad, Elena Salgado, era, precisamente, el tabaco barato.