AGNOSIA

Ambientado en la Barcelona de finales del siglo XIX, Agnosia es un thriller romántico que tiene como eje una conspiración entretejida alrededor de una joven heredera que sufre de una misteriosa enfermedad.

Joana Prats, hija única de un empresario catalán, tiene Agnosia, una extraña enfermedad neuropsicológica que afecta a la percepción de las formas; de tal forma que, aunque sus ojos y sus oídos están en perfectas condiciones, no son capaces de traducir los estímulos que llegan hasta ellos. Por su condición de depositaria de un importante secreto industrial será víctima de un siniestro plan urdido por una competidora de su padre, que dará lugar a un complicado triángulo amoroso del que formarán parte su recto prometido Carles y un modesto sirviente.

Agnosia asombra por su cuidada puesta en escena y por el reparto internacional que ha reunido (en el que figura la actriz alemana Martina Gedeck, que nos cautivó en La vida de los otros). Claramente inspirada, por su agobiante atmósfera, en relatos góticos, intenta  interesar por su trama conspiratoria que provoca sentir empatía por la desvalida protagonista. Pero realmente por lo que puede ser apreciada (fundamentalmente por el público femenino) es por su historia de amor imposible. Algo exagerada en la caracterización de los malvados de la historia, y con un mal trabajo de Eduardo Noriega, Agnosia convencería más si no contuviese  subtramas perfectamente suprimibles que despistan al espectador y que no hacen sino mostrar la imagen más degradada del ser humano, sobre todo si pertenece a una clase social alta (un ejemplo, la secreta afición al opio y a la prostitución de Carles, el personaje interpretado por Noriega).

Agnosia es el segundo largometraje de Eugenio Mira, un polifacético profesional que en el mundo del cine ha realizado tareas tan diferentes como componer bandas sonoras (por ejemplo de los Cronocrímenes) o ser director de segunda unidad en películas tan taquilleras como REC 2. 

Para: Románticas empedernidas