El sábado 18 no podrá participar en la campaña gallega porque es el día de reflexión. Pero todavía no ha decidido si acudirá a la marcha de Madrid en defensa de la familia, el matrimonio y la infancia. El primer motivo es que estar en Madrid por la tarde para votar al día siguiente en Galicia es un pelín cansado. Y Rajoy es un hombre tranquilo, poco amigo de las palizas estilo Fraga, un hombre que a sus 82 años sigue apareciendo a las 8 de la mañana con todos los periódicos leídos.
Pero ésta no es la única explicación. Según relatan gentes del entorno de Rajoy, don Mariano estará esperando tranquilamente con el móvil encendido. Si el asunto es un éxito, acudirá a la manifestación a hacerse la foto. En cambio, si la manifestación no supera el umbral que los fontaneros de Génova estiman suficiente, Rajoy permanecerá tranquilito. O sea, que el vago de Rajoy acude a mesa puesta y sólo si el menú es suficiente. Qué bien, ¿no?