- "Cristianos fueron expulsados del lugar de culto por unos hombres armados que les amenazaron, diciendo que los matarían si hubieran rezado de nuevo en la iglesia", narra el padre Edmond Dembelé.
- "Algunos hombres armados forzaron la puerta de la iglesia, tomaron crucifijos, imágenes y estatuas de la Virgen María y las quemaron en el cementerio", prosigue.
El
país africano Malí sufre inestabilidad tras las operaciones militares francesas que han permitido expulsar a los grupos yihadistas
de los territorios del norte que ganaron a principios de 2012.
En ese contexto, "los yihadistas han comenzado a poner en su mira a las comunidades cristianas y es un avance preocupante", dice a la
Agencia Fides el padre
Edmond Dembelé, secretario General de la Conferencia Episcopal de Malí, que informa de que "en la diócesis de Mopti en el centro-norte del país hay por lo menos tres iglesias que han recibido la visita de los yihadistas que han impedido a los fieles reunirse para orar, tocar las campanas, y han destruido algunos muebles y objetos sagrados".
En particular, el p. Dembélé dice: "La semana pasada, en el pueblo de Dobara, algunos hombres armados forzaron
la puerta de la iglesia, tomaron crucifijos, imágenes y estatuas de la Virgen María y las quemaron en el cementerio. Anteriormente, en el pueblo de Bodwal, los
cristianos fueron expulsados del lugar de culto por unos hombres armados que los amenazaron,
diciendo que los matarían si hubieran rezado de nuevo en la iglesia".
"El área de Mopti no se había visto particularmente afectada por las acciones de los grupos yihadistas que estado presentes desde hace mucho tiempo. Lo que nos preocupa es que estos grupos hasta ahora no se habían dirigido específicamente contra los cristianos.
La situación ha cambiado desde hace unos meses y por esta razón hemos lanzado la alarma". "Esta es una zona fronteriza con Burkina Faso que ha sido atacada durante algún tiempo por los yihadistas", agrega el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Malí.
La presencia de grupos yihadistas también se está propagando en las arenas del sur de Malí, como lo demuestra el secuestro de Gloria
Cecilia Narváez Argoti de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, secuestrada en Karangasso.
"Karangasso forma parte de un área que no se ha visto particularmente afectada por la acción de los yihadistas", dice don Dembelé. A pesar de que hace dos años, el ejército de Malí había desmantelado a un grupo yihadista que se había asentado en el área, cerca de la frontera entre Malí y
Costa de Marfil".
Sobre el destino de la Hermana Cecilia, Don Dembélé dice que "desafortunadamente no tenemos noticias y no tenemos contacto con sus secuestradores".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com