A la banca se le atraganta el Frente Popular
Las cotización bursátil de la banca ha logrado salvarse en la semana del IRPH y, sobre todo, de las medidas antibancarias de Mario Draghi, pero el asunto no da para más. Bueno, lo que no da más de sí es la cuenta de resultados con tipos negativos y, lo que es más importante, compitiendo con el propio Banco Central Europeo (BCE) en un mercado de crédito cada vez más reducido en una economía europea mortecina.
En los últimos días sí ha habido más contactos de los que las entidades pueden admitir para no ser acusadas de prácticas contra la libre concurrencia. Es más, la patronal AEB ha queda fuera de esos contactos, al más alto nivel, entre los grandes del sector.
La única respuesta es subir las comisiones, también las de gestión de activos, una subida que, en este caso, coincidiría con una magra rentabilidad de los fondos de inversión o de pensiones.
Pero también hablamos del conjunto de comisiones sobre pagos y trasferencias de todo tipo, pues el protagonismo de la banca como el servicio de pagos del país -en toda los países de Europa- no ha decaído un ápice.
Al tiempo, el sector apela al BCE-BdE para que no cortocircuiten la operación
Al BCE y la BdE lo que los bancos les han dejado claro es que la reducción de costes no da más de sí y que la digitalización no puede caminar más rápido. No por falta de tecnología o inversión en tecnología sino porque hay una generación, quizás un par de generaciones, dada la esperanza de vida occidental en toda Europa, que no puede adaptarse al cambio digital.
Además, la seguridad digital deja mucho que desear y la reducción de plantilla ya ha provocado un efecto que es un secreto a voces: la reducción de la calidad en el servicio. Ergo, no es posible continuar con eres continuados, al menos al ritmo actual. Además, en banca los eres son poco traumáticos, es decir, son caros.
Dicho en otras palabras, que ni en Francfort ni en Madrid cortocircuiten la subida de comisiones. Porque sí: lo harán todos y al mismo tiempo. Nadie puede permitirse el lujo de esperar.
O subida de comisiones o una nueva crisis bancaria.