- Superará el 30% en la ampliación que ahora termina, pero le bastará lanzar la oferta a 7 euros.
- Una compañía que llegó a cotizar a 80 euros.
- Al final, se conforma con quedarse en el 40% de la constructora.
- Luego vendrá la reconversión en Portland y Construcción. La división de Construcción en España no funciona.
- No habrá ampliación en la cementera: la idea es renegociar con la banca y buscar nuevos socios.
- Pero no es tarea fácil. En cuatro meses vencen 800 millones de euros. Y más de 100 están en manos de fondos buitre.
- Mientas no termine el saneamiento, los mexicanos no quieren avanzar más, lo que está provocando tensiones en la empresa.
Esta semana se da carpetazo a la ampliación de capital de
FCC, cuyo primer accionista es el mexicano
Carlos Slim y la segunda
Esther Koplowitz (
en la imagen).
Carso obtendrá más del 30% y se verá obligado a revender o a lanzar una
OPA sobre el 100 por 100. Según fuentes del grupo mexicano, hará será lo segundo: lanzar una OPA sobre la totalidad. ¿Y
le saldrá barato ese aún mayor control sobre FCC? Muy barato.
Y es que lo único que le exige la normativa es que venda a un precio igual o superior al de la última compra, la del propio Slim, que ha comprado a
7,01 euros. La verdad es que la acción cerraba el jueves en los 6,7 euros así que la OPA no será muy apetitosa. Desde luego Esther Koplowitz no irá y
Bill Gates, que compró a 12 puede no estar muy interesado.
Y le saldrá barata: estamos hablando de una empresa que llegó a cotizar a 80 euros.
Total, que
Carlos Slim busca hacerse con un 40%, no más, al final del proceso. Eso como mucho. A lo mejor con un 35% le vale.
Carlos Jarque, el Ceo, representante de Carlos Slim, dejaba claro ante los analistas que no pararía hasta terminar el saneamiento de FCC.
¿Pero el
saneamiento financiero no estaba concluido? En la matriz sí, pero no en la cementera
Portland. Ojo, que hay un crédito de 800 millones de euros a punto de vencer y que no menos de 100 millones obran en poder de
fondos buitre.
Ahora bien,
Carso insiste en que con la ampliación en curso, de la que se dedicarán más de 300 millones de Portland, deberían bastar para sanear Portland, siempre que se cumplan dos premisas: que se renegocien las condiciones con la banca acreedora (eso se le da muy bien a Slim) y que entren nuevos accionistas. Es decir, no habrá más
ampliación de capital de Portland ni más ampliaciones de capital de FCC con destino a Portland.
En resumen, Slim ha aportado dinero en FCC pero se va quedar con FCC a precio de saldo, lo mismo que ha hecho con
Realia. Y es que
al avaro y al pobre todo le cuesta el doble. El rico, por el contrario, sea o no avaro, tiene capacidad de negociación.
Luego está la sección de
Construcción: un desastre por la falta de obra pública, que continuará al menos en el presente año 2016. En internacional, el apoyo de Slim es bueno para poder cobrar de los gobiernos extranjeros, especialmente, iberoamericanos.
Ahora bien, sobra gente en España porque no hay trabajo. Y también sobra, dicho sea en beneficio de Esther Koplowitz, porque FCC (50.000 trabajadores lo dice todo) ha sido la
constructora que más mano de obra propia ha utilizado, no subcontratas. Mucho mejor para el trabajador, ciertamente, pero cuando viene la crisis se prescinde fácil de quien cobra con IVA, mejor que de aquel que cobra con IRPF.
Servicios y Medio Ambiente funcionan bien. El problema es que la gente de Slim ha estado volcada en el saneamiento financiero y no en la generación de recursos y búsqueda de nuevos negocios. Y eso empieza a ocasionar problemas en la compañía.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com