- Para los bancos acreedores es responsable del déficit de gestión que arrastra la ingeniería.
- Y también de los escasos avances en la negociación para refinanciar la deuda.
- La presión de los bancos, con el Santander al frente (es el más afectado), es firme.
- Las otras dos exigencias, la ampliación y la entrada de un socio, también se demoran.
- Pero los contactos siguen, entre otros, con Acciona, remolón, y el fondo británico Bybrook, a cambio de un 51%.
Continúa la penalización en bolsa de
Duro Felguera como consecuencia de la compleja situación del grupo asturiano, doblemente necesitado: de un socio que ponga dinero compartiendo el riesgo y de una solución con los bancos acreedores para refinanciar la deuda. Ahora bien, el proceso tendrá una
víctima:
Ángel Antonio del Valle (
en la imagen), presidente desde 2011 y responsable también del déficit de gestión que arrastra la compañía desde hace tres años.
La presión de los bancos es firme, en ese sentido, para alcanzar un acuerdo y de ese acuerdo depende la viabilidad de la ingeniería. Es la banca acreedora es la que conduce el proceso y marca el ritmo, por la vía
obligada de
desinversión de activos (hasta su sede madrileña) y medidas adicionales como la
ampliación de capital y la entrada de un nuevo
inversor.
"La banca dedica poco tiempo a Duro Felguera tiene problemas mayores, como Isolux o Abengoa". Con esas palabras quejaba
Del Valle en la junta de accionistas de junio, al tiempo que reconocía que el retraso en un arreglo con la banca estaba impactando también en los contratos. Pero a junio siguió julio, agosto y ya estamos en septiembre.
Mientras tanto, la compañía sigue sin consejero delegado, tras la
renuncia del consejero coordinador,
Javier Valero, una de las condiciones de los bancos para refinanciar la deuda (460 millones) y aceptar un
plan de viabilidad.
No sólo eso: tampoco está resuelta la ampliación de capital (entre 70 y 100 millones) ni la entrada de un socio industrial. De modo que está en manos de Duro Felguera correr la desigual suerte entre
Abengoa, que escapó del concurso de acreedores, o
Isolux, el caso contrario.
Y a eso se añade también otra exigencia: la salida de Del Valle, seis años después de su entrada,
entregada con pocas ganas por el accionista hegemónico desde 2005, el empresario gijonés
Gonzalo Álvarez Arrojo, que después enfermó. Explica en parte las dificultades de una sucesión normalizada.
La exigencia de la banca, por otras cuestiones, coincide con las críticas abiertas de los
sindicatos y el silencio -también crítico- de los accionistas, como en la última junta.
Entre los bancos acreedores, la presión mayor parte del
Santander, que es el que más se juega (con un pasivo de 250 millones), lejos del
Sabadell y
CaixaBank (130 millones a partes iguales) y
BBVA y
Bankia (40 y 40).
El capítulo de la entrada de un socio industrial se debate, de momento, entre
Acciona y el fondo británico
Bybrook Capital. No son los únicos interesados y los contactos siguen.
A Acciona le calientan los cascos los bancos de inversión que asesoran en la operación por la complementariedad de los negocios con Duro Felguera, pero no ha presentado, como tampoco
Elecnor, una oferta vinculante, que podría retrasar hasta 2108.
Bybrook Capital exige una participación del 51% a cambio de una inyección de capital de entre 80 y 100 millones y un plan de recapitalización (su aportación no cubre todo el dinero necesario).
Toca esperar, mientras el valor sigue penalizado en bolsa otro 5%, que se suma a la fuerte caída del jueves (21%) y el desgate que lleva en el año. En enero cotizaba a 1,19 euros y ahora a 0,6.
Rafael Esparza