- Algunos miembros del Ejecutivo se plantean volver a Construcciones Aeronáuticas S.A.
- El nombramiento de Amparo Moraleda y el accidente del A400M tensaron más la cuerda, de por sí tensada por la inferioridad de condiciones de España (4,1%) frente a Francia (11%) y Alemania (11%).
- Paralelamente, el Gobierno está con la mosca detrás de la oreja porque la francesa Eutelsat está en las tripas de la española Hispasat, pues posee el 33,69%.
- Sin embargo, esta cuestión no preocupa a Abertis, cuya participación asciende al 51%.
En estos momentos, la relación entre el Gobierno español y el francés no pasa por su mejor momento debido a algunos follones relacionados con dos importantes empresas de la industria aeronáutica: Airbus e Hispasat. Industria que no es baladí, sino que es estratégica e incluso, geoestratégica. Empecemos por los líos en Airbus. En estos momentos, algunos miembros del Ejecutivo de nuestro país se plantean volver a Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA). La fricción entre el Gobierno español y el grupo europeo tuvo un punto álgido a raíz del nombramiento de Amparo Moraleda como representante española en el Consejo de Administración. Una elección que se hizo a pesar de la oposición de España, que sólo controla, a través de la SEPI, un 4,1% de Airbus. Y a eso se suma la de por sí inferioridad de condiciones en la compañía comandada por el alemán Tom Enders (en la imagen): Alemania y Francia tiene una participación bastante superior (del 11% cada uno). El nombramiento de Moraleda fue un gesto poco amable, cuando no hostil, y así lo interpretó el Gobierno español. España quería en el puesto de Moraleda a Belén Romana, ex presidenta del banco malo o Sareb, pero Airbus finalmente se impuso, considerando su cualificación de la ex ejecutiva de IBM y los puentes que puede tender con las nuevas tecnologías. El hecho tensó, en fin, más las relaciones entre Airbus y el Gobierno español, alteradas también por las dudas sobre el proyecto del avión militar A400M que se desarrolla en Sevilla. Las entregas se paralizaron hasta esclarecer las causas del accidente mortal en la capital andaluza, pero no pocos vieron presiones encubiertas para cuestionar la capacidad de los ingenieros y los trabajadores españoles, lo cual, naturalmente, irrita y no poco. Y hubo también una lectura por elevación de este incidente, con una conclusión: el poco peso de España en Europa y en las instituciones comunitarias: una cartera menor, la de Energía y Cambio Climático, en manos de Miguel Arias Cañete, y ninguna presencia en el Banco Central Europeo (BCE) desde la salida de José Manuel González Páramo en marzo del 2012. Algo de eso podría remediarse si Luis de Guindos accediera finalmente a la presidencia del Eurogrupo. Paralelamente, el Gobierno está con la mosca detrás de la oreja porque la empresa francesa de satélites Eutelsat está en las tripas de la española Hispasat, pues posee el 33,69%. Sin embargo, esta cuestión no preocupa en absoluto a Abertis, que es quien controla Hispasat, pues su participación es del 57,05%. Conviene subrayar que la empresa de satélites española es el noveno operador mundial, es líder en distribución de contenidos en español y en portugués y tiene una fuerte presencia en la Península Ibérica e Hispanoamérica. Al hilo de esto, la relación con Eutelsat no ha sido siempre favorable a Hispasat, como ya demostró cuando se adjudicó los satélites de México, el único país hispanoamericano que hay fuera de la órbita de la empresa que preside Elena Pisonero. Cristina Martín cristina@hispanidad.com