Cuatro profesores de secundaria, desmotivados profesionalmente y aburridos de su trabajo, deciden probar en su jornada laboral una polémica teoría científica que afirma que cierto nivel de alcohol en la sangre aumenta la creatividad y despierta los sentidos. Lo que empieza como un juego, donde experimentan los resultados de esa embriaguez en sus clases, pronto altera sus vidas y la de sus seres queridos.

Posiblemente se encuentran ante una de las mejores películas del pasado año 2020 y la sorpresa más grata de los Oscar de este año es la nominación a Mejor Director del danés Thomas Vinterberg, cuya película Otra ronda, parte como favorita en la categoría de Mejor película de Habla no inglesa. Vinterbeg es uno de los mejores directores del momento debido a que sus propuestas siempre cuentan con argumentos originales y a contracorriente. Asombró favorablemente con La caza (2012), donde describía las penalidades por las que atravesaba un ayudante de un parvulario cuando era acusado falsamente de abusos a menores. En Otra Ronda aborda el tema del alcoholismo desde una perspectiva novedosa.  

Se pueden hacer varias lecturas en este film, y todas son interesantes. La primera, y más directa, que el vacío existencial de tantas personas les conduce a embarcarse en proyectos absurdos; que la monotonía en trabajos que debieran ser vocacionales puede llegar a convertirse en un verdadero problema y, por supuesto, que resulta peligroso beber alcohol como la mejor forma de socializar y divertirse con otros seres humanos.

La película, magnífica, va ganando en interés y en ritmo a medida que avanza el metraje. No obstante, esta  original propuesta argumental no hubiera llegado a buen puerto si no contase con un reparto excepcional, encabezado por Mads Mikkelsen, que realiza una actuación magistral. No es raro que se haya convertido en el actor favorito de Vinterbeg, con el que también protagonizó la mencionada La caza. Su capacidad de metamorfosearse en cualquier personaje le ha llevado a que compagine su trabajo en películas de director, como ésta, con otras comerciales como Casino Royale, de la saga de 007, donde interpretaba al malvado Le Chiffre.

A Thomas Vinterberg, que fue uno de los fundadores del movimiento cinematográfico Dogma 95, que defendía un cine más puro, sin artificios que distrajesen al espectador, se le sigue notando ese interés por narrar historias cotidianas  pero llenas de mensaje y, en este caso, con momentos emotivos sobre las consecuencias del abuso del alcohol. Rueda filmes tan personales que hasta colabora su propia familia, en concreto su mujer encarna a una madre con niños pequeños que recibe poca ayuda por parte de su marido desde que decide imbuirse en el experimento etílico. Su propia hija mayor, Ida, estaba encantada con el proyecto cuando leyó el guión de la película. Precisamente a ella está dedicada la cinta, puesto que falleció en un fatídico accidente de coche durante el rodaje del film,  algo que impulsó a su padre a seguir adelante y terminarla para rendirle un homenaje.

Para: los que crean que en los Oscar todavía se nomina algo de buena calidad. Casi nunca pero...