Sebastián Borensztein ha dirigido, y coescrito este drama inspirado en hechos reales sobre los atropellos cometidos durante la Dictadura argentina. En el año 1977, el capitán  Tomás Kóblic (Ricardo Darín), comandante de la Armada Argentina, se ve obligado a afrontar la misión más difícil y dura de su vida: pilotar un "vuelo de la muerte" o, lo que es lo mismo, una forma de exterminio que consistía en arrojar  a personas en pleno vuelto tirándolas al mar. Atormentado por ese hecho, Kóblic toma una radical decisión que le llevará a desertar y huir a un pequeño pueblo de la Pampa argentina donde deberá comenzar una nueva vida bajo la amenaza constante de la dictadura militar. Con elementos de thriller y de western, el capitán Kóblic es un personaje que no existió pero que ójala hubiera lo hubiera hecho, porque empatiza con el espectador por su coherencia, por su valor y su honestidad. Borensztein, que había rodado anteriormente con Ricardo Darín la agridulce comedia Un cuento chino, ha hilado un largometraje donde la tensión se palpa en cada escena, donde se perciben claramente los peligros de un régimen autoritario que mantiene bajo férreo control y falta de libertad a sus ciudadanos, lo que propicia todo tipo de excesos y una desconfianza absoluta hacia los semejantes, porque cualquiera de ellos puede ser un informador del régimen. A pesar de la dureza de algunas imágenes, y el ambiente desasosegante que transmite todo el desarrollo, Capitán Kóblic es una película esperanzadora porque demuestra que, en medio del horror, siempre hay seres humanos íntegros capaces de arrepentirse de sus actos y dar carpetazo a una vida sin conciencia. Para: Los que les guste el cine de denuncia bien contado Juana Samanes