No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón; el perdón de poco sirve sin el arrepentimiento. Me temo que si no entendemos esta frase de Karol Wojtyla no entenderemos nada de lo que nos ocurre.

Una paz duradera basada en la injusticia social no será… duradera

Sobre la justicia no se pueden plantear paz alguno, sólo sumisión. 
Pero el hombre no es perfecto, y ninguna ley, por justa que sea, puede asegurarnos contra la ofensa.

Hay que saber perdonar y ser perdonado

Por eso, de nada sirve la ley justa sin capacidad para perdonar y, ojo, para ser perdonado. Por eso mismo, la frase debe cerrarse con este remoquete: de poco sirve el perdón sin el arrepentimiento. Todo seguirá igual. 

Y el perdón, de poco sirve sin arrepentimiento

La actitud más nefasta de todas sigue siendo la muy escuchada: yo no me arrepiento de nada. Lo cual debe contemplarse con la siguiente sentencia: soy un verdadero cretino.