• La derecha pagana odia la debilidad.
  • Se equivocan los gringos si creen que este racista es la solución contra la presión del NOM.
  • Sí, Estados Unidos corre el riesgo de volverse progre, pero Trump no es la solución.
Donald John Trump (en la imagen) es el capitalismo sin Dios, la ley de la jungla, racista, sexista, burdo, primario, capaz de saciar los instintos más primarios de una nación. No es que diga barbaridades, es que busca decirlas, que es mucho peor. Pero a unos americanos que sienten perder sus principios ante el aborregamiento y saneamiento de sus valores, Trump representa para USA lo mismo que una fuente de agua fresca para quien atraviesa el desierto. Y es que la presión del Nuevo Orden Mundial (NOM) sobre el norteamericano es tan estúpida y agobiante que el americano medio se resarce de ella con el mentecato de Donald Trump. Sí, Estados Unidos, uno de los últimos bastiones contra el progresismo, se está volviendo progre, gracias a la presión oculta del NOM y a la expresa de don Barack Obama. Pero se equivocan. Lo contrario de un chichón en la frente es un agujero en la frente: tampoco es agradable. Además, la izquierda progre y la derecha pagana coinciden siempre en lo mismo: odian la debilidad. Por eso, Trump es un ultra republicano… abortista. Es el capitalismo sin Dios, la derecha pagana, tan relativista como la izquierda progre. La prueba: no les gusta el débil. Es el capitalismo sin Cristo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com