El yihadista detenido en San Sebastián cobraba la sopa boba que pretenden los insignes líderes Pedro y Pablo, nada que ver con el primer papa y el apóstol de los gentiles, sino con el secretario general de los socialistas y el líder de Podemos. Y lean el relato: el chico salía, entre una cosa y otra, por el doble del salario mínimo, ese que cobran 200.000 españoles (hablo del mínimo, salarios pegados al mínimo hay muchos más).

A ver si nos entendemos: lo que hay que subir es el salario mínimo y los salarios bajos por trabajar 40 horas semanales, no el salario social, que se cobra por no hacer nada, ni la renta social, ni la renta única, ni de subsistencia.

Sin embargo, los aprendices de terroristas pueden preparar sus atentados con cargo al erario público español

Todo eso sólo sirve para animar la vagancia o la perversidad… o ambas cosas a la vez.

Suprimamos todo salario social y creemos el salario maternal: aquel que se debería pagar a toda pareja, en especial a toda madre, porque tener hijos se ha convertido en tarea de titanes y porque a los padres, sobre todo la madre, sí que aporta mucho, lo más importante, a la sociedad, a cambio de ese salario maternal: aporta hijos, futuros contribuyentes y futuro sostenedores de las pensiones.

La renta social o el salario social lo único que hacen es incentivar la vagancia y/o la perversidad

Hoy en España, ese salario es de 100 euros al mes hasta los tres años de edad. Una vergüenza. En Alemania, el salario maternal se eleva a 190 euros al mes ¡hasta los 18 años de edad! o más, si el hijo permanece en el hogar paterno. Y además, todos los gastos de guardería garantizados.

Pero claro, a Pedrito y a Pablito les gustan más los vagos -y los terroristas- que los niños.

Lo que ocurre es que a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias les gustan más los vagos que los niños

Luchemos pero el salario social y olvidémonos del salario llamado social... y que resulta muy antisocial.