• La primera dama estadounidense y la Reina de España jalean, en feliz armonía, el odio feminista a la maternidad.
  • El plan de la señora Obama ya fue descrito por Bill Clinton: cuanto más tiempo estudien las mujeres menos hijos tendrán.
  • Encima la señora Obama explicó, sin cortarse un pelo, que su 'ong' enseñaría ideología de género a las niñas.
Un taxista madrileño andaba un poco cabreado en la noche del jueves en Madrid: entre la Obama y el Orgullo Gay no hay quien circule por Madrid. Seguramente ese trataba de un reaccionario. Michelle Obama es la espina de todos los diplomáticos. Digámoslo pronto: la primera dama norteamericana es grosera por feminista, o quizás feminista por grosera. Pero ambas condiciones no se las quita nadie. Lo fue durante el enfrentamiento con el Rey Juan Carlos durante una visita privada a España, durante la visita de Obama, porque a él ningún rey tenía que decirle si su hija debía salir o no salir en la foto con los Reyes de España. La señora es así. Sin embargo, miren por dónde, con la actual Reina Letizia se ha entendido a las mil maravillas. Ambas presumen de feminismo, más bien tirando a radical. Ambas son, por ejemplo, aborteras sin freno. Además, Michelle Obama solo venía a vender su 'ong' -es una persona muy solidaria, como doña Letizia- y dejó frases para el recuerdo: "Se alaba a un hombre por quitar los pañales y se critica a una mujer por trabajar demasiado". En primer lugar no es cierto, no se alaba a los hombres por quitar los pañales dado que a la feminista nunca le parecerá suficiente la aportación masculina. Lo suyo es quejarse. Y, en segundo lugar, las únicas que critican a las mujeres por trabajar demasiado son otras mujeres o aquellas que les quieren bien, y quienes les aplauden son. ante todo, los hombres que las explotan. Pero es igual, lo que transmitía la profunda mirada de Michelle, ante la mirada extasiada de otra liberada, doña Letizia Ortiz, era que los hombres son malísimos, verdugos depredadores, y las mujeres son bonísimas, víctimas listísimas a las que no se les permite desarrollar todo su potencial, que es "n", siendo "n" una tendencia al infinito. Y a todo esto, ¿a qué ha venido Michelle, en viaje previo al que realizará su señor esposo los días 9, 10 y 11 (más cabreos para los taxistas)? Pues a vendernos su 'ong' o campaña filantrópica, "dejar que las niñas aprendan". Y esto es bello e instructivo. Ahora bien, Michelle, sin despeinarse, recuerda qué entiende ella por aprender: por de pronto, todos los tópicos de la ideología de género y la consiguiente batalla entre media humanidad y la otra media. La verdad es que Bill Clinton, el ex presidente norteamericano, esposo de la próxima presidenta norteamericana, y asimismo hombre del Nuevo Orden Mundial (perdón, Michelle es sólo mujer NOM), metido en un menester muy similar, también durante un viaje en Madrid, lo explicó de forma rápida y sucinta: cuanto más tiempo estudien las mujeres más retrasaremos la maternidad y menos hijos tendrán. Y, por si acaso fallara el envejecimiento, Michelle asegura que les lavará el cerebro en nombre de la igualdad y, aunque dejan de estudiar a los veinte, no tendrán hijos hasta los 40. Palabra de Obama. Yo no sé si la progresía mundial es de izquierdas o de derechas: lo que sé es que odia a la raza humana. Pero lo importante no es eso: lo importante es que Michelle y Letizia ya son amigas para siempre. Sin olvidar otra conclusión: el feminismo no quiere educar a las niñas, lo que pretende es lavarles el cerebro desde su más tierna infancia. Ahora le llaman ideología de género. Eulogio López eulogio@hispanidad.com