Interesantísimo documento elaborado por iniciativa de un rabino judío y sometido a la aprobación de mulás musulmanes y de iglesias cristianas, tanto evangelistas como ortodoxas y por el propio el Vaticano, el elemento más relevante del universo religioso.

Exigen varias cosas y son muy claritas. A saber: la prohibición total y global de la eutanasia: “la eutanasia y el suicidio asistido son moral e intrínsecamente erróneos y deben ser prohibidos sin excepciones. Se rechaza categóricamente toda presión o acción sobre los pacientes para inducirles a poner fin a sus vidas”.

Un golpe global contra el proyecto de Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias de legalizar la eutanasia tras el 10-N.

También se defiende en el documento la objeción de conciencia del personal sanitario, una cuestión importante que el proyecto socialista ignora: “ningún operador sanitario debe ser forzado o presionado a asistir directa o indirectamente a la muerte deliberada e intencional de un paciente» sino que «se debe respetar la objeción de conciencia frente a actos contrarios a los valores éticos de cada persona”.

Por último, el documento hace hincapié en los cuidados paliativos, algo que en lo que la medicina actual ha avanzado mucho y que convierte la eutanasia en un homicidio absolutamente innecesario, además de provocador de todo tipo de abusos. Por ejemplo, el de matar a niños y a ancianos sin su consentimiento. Ahí va: “hacer todo lo posible para proporcionar alivio, mitigar eficazmente el dolor, proporcionar compañía y asistencia emotiva y espiritual al paciente y a su familia en la preparación a la muerte”.

Y una última advertencia, muy concreta: “el personal sanitario y la sociedad deben respetar el deseo del paciente que quiera prolongar su vida, aunque sea por un período de tiempo breve, utilizando medios médicos clínicamente apropiados. Esto significa mantener la ayuda respiratoria, nutrición e hidratación artificiales”.

Todas las grandes religiones monoteístas contra la eutanasia. Y yo no tengo nada más que añadir. Naturalmente, Pedro Sánchez no hará mucho caso.