El Gobierno no está dispuesto a que STC se convierta en el primer accionista de Telefónica, pero al mismo tiempo debe cuidar las relaciones con Arabia Saudí, uno de los principales clientes de la empresa pública Navantia. En ese equilibrio, desde Moncloa le han trasladado a la teleco saudí que pueden llegar a un 5% de la teleco, pero no a un 10. Oficialmente, los saudíes poseen el 4,9%, pero oficiosamente llegan hasta el 12%, eso sí, a través de Morgan Stanley.

En cualquier caso, la SEPI no acepta que Salman sea el primer accionista. Si se empeña en llegar al 10%, la SEPI comprará el 10%

Ahora bien, los árabes no tienen ninguna prisa y desconocen por completo lo que es la cuesta de enero. Les sobra el dinero, todo lo contrario que la SEPI, que aunque se mueve con dinero público, no está en condiciones de afrontar una operación tan costosa como la compra del 10% de Telefónica.

En otras palabras, si los chicos de Bin Salman se empeña en comprar el 10% del capital, la SEPI llegará a ese mismo porcentaje, aunque se tenga que dejar las pestañas que, a fin de cuentas, son de los contribuyentes. El principal objetivo es evitar que STC se convierta en el primer accionista.

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Además, si se empeñan en llegar al 10% se quedarán sin consejero, y tener ese porcentaje en Telefónica sin la posibilidad de estar en el Consejo de Administración no es un plato agradable. Los saudíes no son como los fondos: ellos sí quieren estar en el Consejo y participar en la gobernanza.

De esta manera, el esquema de la nueva Telefónica, según el modelo de ‘Marisu’ y adelantado por Hispanidad, sigue siendo cuatro-cincos-por-ciento: STC, la SEPI, BBVA y Caixa, con un consejero cada uno... y apoyo total al actual presidente, José María Álvarez-Pallete.

Por cierto, el rumor que corría este martes por la citi madrileña es que los saudíes habían pedido, por fin, permiso al Ministerio de Defensa. Es decir, que habrían abandonado su postura inicial, un tanto chulesca, para plegarse finalmente a las exigencias previstas. En cualquier caso, deberían acudir, además, a la CNMV.