
Solaria vive un gran lunes bursátil, con su cotización disparándose un 20% y protagonizando la mayor subida dentro de un Ibex 35, que baja un 1% y está bastante dominado por el color rojo. La reacción del mercado coincide no sólo con los fuertes aumentos en sus resultados de los nueve primeros meses, sino con el ‘Capital Markets Day’ celebrado en Londres, donde ha anunciado inversiones de 2.500 millones de euros entre 2026 y 2028, y acuerdos con varias compañías.
La compañía de energías renovables sigue controlada por la familia Díaz-Tejeiro (dueña del 36,4%), pero el pasado junio se reorganizó el patrimonio entre cuatro entidades (Tulpenfeld, Maydon Inversiones 2007, Inversiones Miditel y Corporación Arditel) que controlaban DTL Corporación y eran propiedad de Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez, presidente de Solaria, y sus tres hijos (José Arturo, Enrique y Miguel Díaz-Tejeiro Larrañaga), respectivamente. Así, el patriarca pasó a controlar el 13,498% de la compañía (entre participación directa e indirecta a través de su sociedad); su hijo José Arturo, vicepresidente primero y CEO, se hizo con el 8,803%; su hijo Miguel se convirtió en dueño del 7,731%; y su hijo Enrique pasó a poseer el 6,39%. En su Consejo de Administración, aparte del presidente y del CEO, se sienta Felipe Morenés, hijo de Ana Botín, como consejero dominical... y también hay que recordar que en la compañía trabaja desde septiembre de 2021 Iván Molinero, marido de Isabel Rodríguez, actual ministra de Vivienda y Agenda Urbana.
Solaria tiene razones para ser optimista, a la vista de los resultados y de los anuncios realizados, a pesar del contexto de las energías verdes, que están pasando de una doble burbuja especulativa (por un lado, numerosas empresas cotizando con sonoras alzas y caídas; y por otro, múltiples operaciones de ventas de compañías, proyectos, carteras e incluso partes de todas las anteriores) a un reflujo que se ve en los pasos atrás de numerosos fondos de inversión (BlackRock, JP Morgan, Goldman Sachs, Apollo, CIP, Brookfield...). Su CEO ha destacado que están “cosechando los resultados de una estrategia disciplinada: más generación, más eficiencia y una entrada decidida en nuevos negocios como el almacenamiento y los centros de datos”.
En los nueve primeros meses, Solaria ha aumentado sus ingresos un 65%, a 258,91 millones. Esto se debe, sobre todo, a que la partida de otros ingresos de explotación se ha disparado un 479%, a 128,94 millones, por la entrada del fondo Stonepeak en la filial Generia Land, mientras que el importe neto de la cifra de negocios ha descendido en un 4%, a 129,97 millones, por la menor producción.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha crecido un 75%, a 230,68 millones. El beneficio neto se ha disparado un 148%, a 141,66 millones, gracias a la entrada en operación de nuevas plantas y la optimización de costes financieros. Cuenta con sólida posición financiera, una deuda neta de 1.316 millones que supone 4,5 veces el ebitda y un flujo de caja operativo positivo.
Ante los buenos resultados obtenidos hasta septiembre y teniendo en cuenta la evolución de su crecimiento internacional, la hibridación (combinación) de plantas solares y baterías, y la consolidación de su negocio de centros de datos, Solaria ha confirmado sus previsiones anuales. Además, continúa con su programa de recompra de autocartera de hasta el 10% del capital.
En paralelo, Solaria ha cerrado un acuerdo de compraventa de energía a largo plazo (conocido como PPA) de 150 megavatios (MW) fotovoltaicos y de 180 MW eólicos con Repsol durante diez años para un proyecto de hidrógeno (que al igual que las renovables se está moviendo entre la burbuja y el reflujo). Asimismo, ha pactado a un PPA de 445 MWp (de potencia solar máxima) con Merlin PropertiesMerlin Properties por 15 años y un acuerdo para proporcionar acceso y conexión de 225 MW de potencia para sus centros de datos en España. Además, ha llegado a un acuerdo con el fondo Stoneshield Capital para crear una empresa conjunta denominada Gravys, que estará especializada en baterías stand-alone (sistemas de almacenamiento de energía que funcionan de forma autónoma, pues no necesitan estar conectados a una fuente de generación solar o eólica); y ha recibido las autorizaciones para iniciar la construcción de 200 MW fotovoltaicos en Alemania.
Claro que Solaria también está pendiente de ver cómo la CNMC deja finalmente la tasa retribución financiera de las redes eléctricas: recuerden que la última propuesta del regulador de Competencia se ha situado en el 6,58%, pero sigue lejos de lo que reclaman las energéticas (entre el 7% y el 7,5%), y cuando meses atrás propuso que fuera del 6,46%, Endesa y Solaria lo pagaron caro en bolsa. Además, el Gobierno va elevar la retribución de las renovables... lo que encarecerá la factura de la luz.













