
Estamos en un contexto de burbuja especulativa con las energías renovables (por tanto, de color verde) que se da en España desde hace tiempo. Como saben, esta burbuja no para de crecer y atraer a inversores extranjeros (en su gran mayoría, fondos de inversión), y sobre la que pesan desde hace tiempo rumores de pinchazo y críticas internas (como las del empresario millonario José Elías, que ahora está teniendo más protagonismo por sus líos en OHLA con los Amodio). Claro que sube de tamaño no sólo por las múltiples operaciones de compras y ventas de compañías, proyectos, carteras e incluso partes de las anteriores, sino por fuertes alzas y caídas en bolsa. Esto último, especialmente, se puede ver en Solaria, que se dispara más de un 38% en los últimos cinco días... y un 44% en los últimos 30.
Esta compañía de energías renovables ha sido objeto de especulación desde que surgió en 2002. Está controlada por la familia Díaz-Tejeiro, que posee un 34,91% del capital a través de DTL Corporación. El patriarca de la familia y presidente de Solaria es el ingeniero superior industrial Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez. Este último cuenta con una silla de dominical en el Consejo de Administración, en el que también se sienta su mujer, María Dolores Larrañaga Horna, como dominical; y su hijo José Arturo Díaz-Tejeiro Larrañaga, que también es ingeniero superior industrial y ocupa los cargos de vicepresidente primero y es consejero con categoría de ejecutivo.
Esta empresa líder en el desarrollo y generación de energía solar fotovoltaica vive este miércoles otra buena jornada bursátil (+11,6%), después de haber dado a conocer sus resultados trimestrales y anunciar una recompra de acciones equivalente al 10% de su capital, como máximo. Vayamos a las cifras trimestrales, que han sido bastante buenas, en general. El importe neto de la cifra de negocios se ha disparado un 83%, a 73,21 millones de euros, gracias a la mejora de los precios de la energía y la entrada de un socio en su filial GeneriaLand. Por su parte, la rentabilidad se ha movido al alza, pues el resultado bruto de explotación (ebitda) ha crecido un 77%, a 73,95 millones; y el beneficioneto se ha duplicado, alcanzando los 53,44 millones. Eso sí, la deuda ha aumentado, aunque no se detalla a cuánto, por varios motivos: el avance en el proceso de construcción de nuevos parques, los contratos de financiación, los contratos de arrendamientos de los terrenos, las obligaciones y bonos a corto plazo.
Claro que si se excluye el impacto de la operación Generia (unos 51 millones), los analistas del Banco Sabadell han señalado que la evolución operativa ha sido menor a la esperada por el descenso en la producción que no fue compensado con la ligera mejora del precio medio. Asimismo, estos expertos consideran que el apagón del pasado 28 de abril en la Península Ibérica podría conllevar cierta presión en el corto plazo sobre el despliegue de energías renovables (principalmente en la solar).
Si se excluye el impacto de la operación Generia (unos 51 millones), los analistas del Banco Sabadell han señalado que la evolución operativa ha sido menor a la esperada por el descenso en la producción que no fue compensado con la ligera mejora del precio medio
Entre enero y marzo, Solaria ha reforzado su transformación multisectorial a través de su presencia en generación renovable, infraestructuras, bienes raíces (real estate) y centros de datos. Precisamente, para alimentar a estos últimos ha destinado una demanda de 1.200 megavatios (MW) hasta marzo y ha anunciado que mantiene sus objetivos anuales, pero actualizará su plan estratégico para los centros de datos con los proyectos en la Península Ibérica y en otros países.
José Arturo Díaz-Tejeiro Larrañaga ha referido que las cifras trimestrales “confirman que Solaria no solo está creciendo, sino que lo hace de forma rentable y sostenible”. Además, ha presumido de que “lideramos la transición energética y digital con eficiencia, disciplina y visión a largo plazo”, algo que está bien... pero ya se sabe que las renovables no bastan para garantizar el suministro eléctrico y se experimentó notablemente en el pasado apagón del 28 de abril... y que podría no ser el último.