Decíamos que el fondo CVC estaba atrapado en Deoleo y hay una nueva muestra de ello a la luz de los resultados de 2023. En concreto, la vuelta a pérdidas por el fuerte encarecimiento del aceite de oliva y el alza de la marca blanca (algo que también está penalizando a otras compañías de alimentación, como Pascual, Danone -es una de las razones para cerrar la planta de Parets del Vallès y hacer 157 despidos- o Bimbo -la cual echará la persiana a su fábrica de El Verger, en Alicante-.

La compañía líder mundial en aceite de oliva -dueña de marcas tan conocidas como Carbonell, Hojiblanca, Koipe, Bertolli y Carapelli, entre otras- ha elevado los ingresos sólo un 1%, a 837,6 millones, debido a los menores volúmenes vendidos por la histórica subida del precio del aceite (donde también ha influido el descenso de la cosecha y por ende, de la producción) y que ha provocado más ventas del aceite de marca blanca. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) se ha reducido un 33%, a 30 millones. Y el resultado no ha sido bueno, como se preveía en las cifras trimestrales anteriores: ha tenido unas pérdidas de 34 millones en 2023, frente a los 6 millones que ganó en 2022, y pone fin a tres años consecutivos de ganancias (2020, 2021 y 2022). Por si todo lo anterior no bastara, la deuda financiera neta ha crecido un 18,5%, hasta 120 millones.

El presidente y CEO de Deoleo, Ignacio Silva, señala que ha sido “un año excepcionalmente retador y de gran volatilidad, encadenando dos años consecutivos de cosechas muy limitadas, tanto en términos de calidad como de cantidad, y precios en niveles históricos

 

 

Ignacio Silva, presidente de Deoleo

 

El presidente y CEO de Deoleo, Ignacio Silva, ha señalado que ha sido “un año excepcionalmente retador y de gran volatilidad, encadenando dos años consecutivos de cosechas muy limitadas, tanto en términos de calidad como de cantidad, y precios en niveles históricos”. Asimismo, ha subrayado “la defensa de nuestro margen bruto unitario, lo que nos ha permitido mantener los ingresos”.

No obstante, a los inversores no les han gustado las cifras, pues la cotización baja un 0,74%, frente a un Ibex 35 que lo hace un 0,15%. Tampoco habrán hecho mucha gracia a su principal accionista y dueño del 56,4% del capital, el fondo CVC (representado en España por Javier de Jaime), que quiere irse de la compañía. Pero claro para dicha salida, CVC pide un alto precio... y eso ha llevado a que del proceso se hayan caído las españolas Acesur (tiene más de 180 años de experiencia en el sector del aceite de oliva y su presidente, Juan Ramón Guillén Prieto, es dueño del 5,072% de Deoleo), Dcoop y Borges. Eso sí, Silva ha referido que siguen escuchando ofertas, pero que los fondos propietarios CVC y Alchemy “no tienen prisa”, es decir, no se van a ir a cualquier precio. “Estamos en la misma situación, donde los compradores deben entender que éste es un negocio de futuro. No ha habido una marcha atrás, pero sí que es verdad que el entorno hace que los posibles compradores, a lo mejor tengan menos dinero, y que nosotros tengamos menos prisa”, ha apuntado.

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Deoleo es el ejemplo de otra empresa estratégica en manos de un fondo... y ya saben que España no valora mucho sus productos nacionales, como se puede ver con el aceite y el vino en los casos de Deoleo y Codorníu, algo que los fondos y China aprovechan. Al hilo de la petición de Dcoop para que el Gobierno Sánchez estuviera atento a la venta de Deoleo y no perdiera su españolidad, Silva ha sido contundente: “Para mí lo importante es que los agricultores españoles sigan teniendo la garantía de que Deoleo, sea de quien sea, va a comprarles el aceite. El hecho de que las marcas estén en un sitio u otro, no sé si es relevante”. ¡Una cara un poco dura! Eso sí, confía en que los precios del aceite de oliva se empiecen a estabilizar en junio y a bajar después del verano. Veremos si acierta... o no.