Iberdrola desata la guerra contra las petroleras. En especial contra las primeras de nuestro país, que son Repsol y Cepsa, y a las que siguen la británica BP (que es socia de la eléctrica), la lusa Galp y Disa (que gestiona aquí las suyas propias y las de la anglo-neerlandesa Shell).

La eléctrica que dirige el ‘verde’ Ignacio S. Galán pasa al ataque contra las petroleras a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), horas después de que la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, perdiera los papeles y arremetiera contra el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, tildándole de negacionista y retardista. Y todo ello, porque este volvió a insistir desde el Foro de Davos en que hay que repensar la política energética europea y volvió a defender los empleos industriales. ¿Casualidad el ataque de Iberdrola? Por supuesto que no si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen.

Iberdrola ha subrayado en X varias obviedades sobre la tierra, la leche y los perros para referir que “el petróleo y los combustibles fósiles contaminan”, pidiendo “¡stop malos humos!”, “renovables reales y una movilidad limpia de verdad”. Pero esto resulta una muestra de la hipocresía verde, porque la eléctrica no es tan verde como quiere aparentar: también tiene un importante negocio de ciclos combinados de gas (de hecho, a principios de este mes ha puesto en operación la central de Topolobampo III en México, con una capacidad de 766 megavatios) y también tiene instalaciones de cogeneración. En concreto, a la vista de los resultados de los nueve primeros meses, la producción de Iberdrola entre propia y para terceros ascendió a 125.345 GWh, de los que 58.881 procedieron de renovables, 43.729 de ciclos combinados, 18.494 de nuclear y 4.247 de cogeneración. También hay que tener en cuenta que acordó vender los activos de ciclo combinado que tiene en México y lo promocionó como una muestra de descarbonización, aunque la realidad es que Galán no se fía del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y que necesita dinero para inversiones en otras latitudes, dada su elevada deuda (47.900 millones). Además, hay que tener en cuenta que por mucho que haya convertido las renovables en un “producto financiero” que tanto criticaba años atrás, su mayor flujo de caja sigue viniendo de los saltos del Duero (o sea, de la energía hidroeléctrica).

La producción de Iberdrola entre propia y para terceros en los nueve primeros meses de 2023 ascendió a 125.345 GWh, destacando 58.881 que procedieron de renovables y 43.729 de ciclos combinados de gas

El ataque de Iberdrola a las petroleras llega después de que Ribera no se conformara con arremeter contra Imaz, sino que también criticara que “somos economías que somos adictas a los combustibles fósiles”, justo cuando en la última Cumbre del Clima celebrada en Dubái (la COP28) se ha acordado iniciar la salida de estos y no su fin. La vicepresidenta ecológica ha preferido obviar que muchas petroleras se han unido al giro verde apostando por renovables, sin dejar el petróleo y el gas, y que no se puede agilizar la transición por la excesiva burocracia en la tramitación de los permisos y porque la red eléctrica está al límite y necesita inversiones

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El mensaje de la eléctrica en X se puede ver como otra ‘galanada’, después de que en el Foro de Davos Galán presumiera de que no dependen de una compra, aunque lo que necesitan es una venta o fusión. Y además, llega después de que sí acudiera a la reunión de Pedro Sánchez con empresarios españoles en dicho Foro y no le diera plantón como el año pasado, pero parece que no lo hizo entusiasmado. Una cita con el presidente del Gobierno que ha dado para mucho: una nueva metedura de pata de la propaganda monclovita y unos cuantos memes